Miles de vecinos de Abanilla y visitantes participaron ayer en la tradicional romería de Mahoya, una de las fiestas grandes del municipio de Abanilla, que el pasado fin de semana disfrutó de sus desfiles de Moros y Cristianos. Como cada año, los romeros acompañaron la imagen de la Santa Cruz desde la parroquia de San José de Abanilla hacia la ermita de Mahoya, entre los disparos de más de un centenar de arcabuceros, todos ellos con los permisos legales para poder llevar y usar armas de fuego.

Al llegar la imagen de la Sagrada Reliquia a la ermita de Mahoya, se produjo el tradicional acto de rodaje de bandera, a cargo de los capitanes Isidro y Pascual Lajara. La romería de este año fue de las más rápidas en llegar a la pedanía, ya que pasados unos minutos del mediodía ya estaban allí, finaliza con la suelta de la paloma de la paz y el tradicional baño de la Cruz.

Al finalizar la romería, tuvo lugar la misa en la ermita de Mahoya, donde la Santa Cruz quedó expuesta para que los fieles la veneraran. Después, los romeros aprovecharon para comer en el campo y disfrutar de la comida típica de ese día: conejo frito con tomate y tortilla de patatas. Tras la comida, la reliquia emprendió el camino de vuelta a la parroquia de San José. No se produjeron incidentes destacados, salvo un traslado al hospital de un hombre por problemas de corazón y algunas contusiones por la caminata.

La romería de Mahoya es una de las fiestas con mayor tradición en Abanilla, lo que se puede ver en el gran número de personas que realizan el recorrido descalzas para cumplir alguna promesa. Ayer, pese a ser día de semana y a que el número de personas que acudieron era algo menor que otros años, decenas de personas realizaron las promesas.