El Ayuntamiento de Jumilla respondió ayer a las quejas de la Asociación de Hosteleros, que agrupa a unos setenta bares y restaurantes de la localidad, sobre la ordenanza municipal de ocupación de la vía pública con mesas y sillas y que obliga a que los toldos estén colocados a 3,20 metros de altura, con sanciones para aquellos que la incumplan.

El concejal de Economía y Comercio, Juan Gil Mira, indicó ayer en rueda de prensa que «la mayoría de hosteleros no tienen constancia del escrito presentado por la asociación al Ayuntamiento de Jumilla y nos consta que el 80% de los bares (ocho de cada diez) se están adaptando a esta ordenanza municipal. Además estamos abiertos a cualquier sugerencia de los hosteleros».

Por su parte, el presidente de la Asociación de Hosteleros de Jumilla, Antonio Lozano, califica la situación de «vergonzosa», ya que en las últimas semanas han mantenido diferentes reuniones con la alcaldesa, Juana Guardiola Verdú, y el concejal responsable, Juan Gil Mira. Asegura Lozano que la respuesta de los responsables políticos ha sido tajante: «Los técnicos municipales han informado de que los toldos anclados a la pared del establecimiento tengan una altura de 3,20 metros, una situación que obligará a la mayoría de los bares a su cambio con el consiguiente gasto económico».

«Aquellos que incumplan la ordenanza tendrá la correspondiente sanción administrativa y multa», según informa en el comunicado la asociación de hosteleros de Jumilla. El colectivo de baristas de Jumilla se siente perjudicado y discriminado con esta propuesta en la ordenanza, máxime cuando falta un mes para el inicio de la Semana Santa, «ya que esta decisión acarreará importantes problemas a la asociación».

La ordenanza por la ocupación de mesas y sillas a la vía pública se puso en marcha la pasada legislatura y va de polémica en polémica, ya que en su día obligó a los hosteleros a instalar un recinto de 1,5 metros para ubicar las mesas y sillas en la que los propietarios de los bares debían recoger una vez finalizada la jornada laboral. Esta decisión inicial fue denunciada, en su día, por la asociación de hosteleros con la recogida de firmas entre los ciudadanos. Ahora se suma la altura de los toldos, que no deberá superar los 3,20 metros.