Ocho de cada diez de las mujeres atendidas durante el año pasado por violencia de género en el CAVI de Caravaca son de nacionalidad española, según se desprenden de los datos presentados en la Mesa Local de Violencia de Género que mantuvo un encuentro en el consistorio caravaqueño y estuvo presidida por la responsable del área de Asuntos Sociales, María José Soria.

Del total de mujeres atendidas, 99 en el último año, 72 son españolas y 8 tienen la doble nacionalidad, el resto son de nacionalidad boliviana, rumana, marroquí y ecuatoriana.

El centro de Caravaca se ocupa de atender los asuntos de violencia de género de toda la comarca del Noroeste, por municipios, 39 de las personas atendidas son vecinas de Caravaca, 16 de Cehegín, 20 de Calasparra, 9 de Moratalla y 6 de Bullas. Del total de mujeres que han pasado por el CAVI, 22 poseen el dispositivo de teleasistencia 'Atempro' y 12 hijos han sido derivados al Servicio de Atención Psicológica a Menores. El Consistorio convocó la Mesa Local con el objetivo de planificar nuevos programas de prevención y analizar las estadísticas de los casos atendidos últimamente.

En la reunión participaron la jefa de la Unidad de Coordinación de la Violencia de Género de la Delegación del Gobierno, Isabel Barreda, así como representantes de la Policía Local, de la Guardia Civil, de la Mancomunidad de Servicios Sociales, de los centros educativos, del Servicio de Empleo y Formación (SEF), del hospital comarcal del Noroeste y los departamentos municipales de Educación, Juventud y Servicios Sociales.

«Este órgano, que se reúne de forma semestral, tiene como principal fin mejorar la coordinación entre todos los agentes que estamos implicados en la lucha contra la violencia de género, para procurar una respuesta ágil y eficaz a las víctimas», según recordó la edil María José Soria, quien también hizo referencia a otro de los objetivos fundamentales de esta mesa como es la puesta en marcha de actuaciones de sensibilización y prevención dirigidas a la población desde edades tempranas.

El CAVI, situado en el Centro de Empleo, Formación e Igualdad, está atendido por un equipo multidisciplinar formado por una trabajadora social, una abogada y una psicóloga, que realizan atenciones individualizadas y grupales para ayudar a las usuarias a superar las secuelas del maltrato, dotándolas de habilidades sociales y del equilibrio psicológico necesario para que puedan rehacer su vida.