Ambos hermanos son propietarios de la empresa de transportes Quilinotrans y no dudaron en ofrecerse tras conocer por su amigo José María Galván que la familia del niño buscaba un transportista que les ayudase a llevar desde Osuna a una planta de reciclado de Córdoba varias toneladas de tapones de los que recogen para obtener fondos para los tratamientos de los problemas del pequeño. Como estaban en la época de la recogida de la aceituna en la localidad sevillana, en la zona todos los camiones están ocupados y el almacén donde guardan los tapones estaba repleto y había que llevar parte de los tapones a la planta.

Ni cortos ni perezosos el miércoles emprendieron el viaje de 450 kilómetros desde El Jimenado hasta Osuna, aunque antes descargaron en Córdoba casi 6.000 kilos de tapones recogidos en la Región. Desde ahí partieron a Sevilla para saludar a los familiares de Pablo y cargar otros 6.000 kilos, que llevaron de vuelta a Córdoba. Todo entre el miércoles y ayer y entre los dos hermanos, «ya que tenemos que cumplir con la ley y el tacógrafo por los kilómetros de conducción», explicaba a esta Redacción Juan Miguel.

Sumando los 450 kilómetros de ida y los mismos de vuelta desde la Región a Sevilla y los 200 de ida y vuelta hasta la planta de Córdoba, a la que hicieron dos viajes, estos dos hermanos solidarios han hecho 1.300 kilómetros. «Lo hemos hecho por ayudar a este chaval, ya que esta semana teníamos menos carga de trabajo y no nos lo pensamos», aseguran.

También quieren agradecer a Ismael y José Antonio Sánchez Martínez, que también son transportistas, que les prestasen el remolque que utilizaron para su viaje más solidario.

«Muchas gracias por esta gran ayuda y venir desde Murcia para realizar dos portes de tapones hasta Córdoba. Gracias a estos amigos y profesionales del transporte, que a raíz de una llamada telefónica hace poco más de un mes para consultar si conocían transportistas por la zona de Sevilla, acudieron», agradece la familia del niño en la página de la red social Facebook 'Paso a paso con Pablo', que utilizan para dar a conocer su enfermedad y solicitar ayuda.

La recogida de tapones de plástico para conseguir fondos para la investigación y tratamiento de personas con enfermedades raras o problemas graves se ha convertido en algo habitual en nuestro país y en la Región. La solidaridad no tiene límites ni distancias como se ha podido ver en la acción de estos dos hermanos pachequeros.