Lorca recibió ayer el premio Europa Nostra, al que se suma la concesión en 2014 del Premio Nacional de Conservación y Restauración. Seleccionado de entre 187 proyectos presentados por 36 países europeos, la sede de la Hermandad de Labradores, Paso Azul, ha sido reconocida de manera conjunta con otros cinco templos lorquinos como son San Patricio, San José, San Mateo, Santiago y Nuestra Señora del Carmen. La rehabilitación de la iglesia de San Francisco y su convento, hoy Museo Azul de la Semana Santa, fue promovida por la Fundación Paso Azul, dirigida por el equipo de Lávila Arquitectos con Juan de Dios de la Hoz al frente y ejecutada por la empresa lorquina Lorquimur.

El alcalde, Francisco Jódar, afirmó que la recuperación de Lorca tras los seísmos de mayo de 2011 «se ha convertido en el mayor reto al que haya tenido que enfrentarse cualquier ciudad española en tiempos contemporáneos. Lorca era entonces una ciudad rota y hoy es una nueva Lorca que mira con optimismo y convicción al futuro y en la que el ambicioso proceso de recuperación recorre sus últimos metros con el objetivo de que nada ni nadie quede atrás», dijo.

Jódar subrayó que el galardón Europa Nostra confirma que la recuperación del patrimonio ha sido «modélica». El patrimonio monumental «aporta belleza urbana y genera turismo, además de constituir la principal herencia. Estamos hablando de nuestro legado, el diálogo que mantenemos con nuestra historia y con las generaciones precedentes y venideras». Y es que, comentó, «no solo se ha recuperado la riqueza de iglesias, palacios y casas solariegas, sino que lucen mejor que nunca gracias a la labor realizada por profesionales intachables que han sembrado su ilusión en esta ciudad».

El Premio Europa Nostra, concedido al proyecto de recuperación de los templos de San Patricio, San José, San Mateo, Santiago, el Convento de San Francisco y la iglesia del Carmen, «es una satisfacción y un estímulo, pero también un rotundo aplauso que, a nivel internacional, nos dice que lo hemos hecho bien». San Francisco fue el primer templo de la ciudad dañado por los seísmos que abrió sus puertas tras la profunda rehabilitación acometida, que permitió recuperar la iglesia en todo su esplendor. De hecho, en la Semana Santa de 2012, menos de un año después de que los terremotos sacudieran Lorca, los azules pudieron disfrutar de su templo y organizar en él los actos litúrgicos.

Los movimientos sísmicos sufridos por la ciudad de Lorca el día 11 de mayo de 2011 tuvieron graves consecuencias en el patrimonio cultural . La rápida respuesta y el esfuerzo llevado a cabo por todas las administraciones y por muchos voluntarios impidieron que los daños se agravaran.