Caravaca cambió por un día de alcalde. Sin necesidad de moción de censura ni de debates políticos, el regidor de esta ciudad del Noroeste murciano, José Moreno, cedía con agrado el bastón de mando por un día. Lo hacía por una buena causa: proclamar al alcalde de Inocentes, para que inocentes y demonios recorrieran las calles multando con el fin de recaudar fondos para la asociación TEAYUDA, que se encarga del tratamiento y la atención de niños autistas del municipio.

Por andar con los pies o por vender lavadoras que lavan, los inocentes fueron multando a todo el viandante que se encontraba en su camino. Si el denunciado pagaba la multa, recibía como recompensa el salvoconducto y una picardía; de lo contrario, se las tenía que ver con una caterva de demonios que le cencerreaban sin parar.

2.943 euros consiguieron recaudar. El alcalde de Inocentes, Pedro Antonio López, recordó las necesidades del municipio en su discurso de investidura. López estuvo acompañado de sus alguaciles, monaguillos y una caterva de demonios encabezados por el mismísimo Lucifer -este año encarnado por Jesús Martínez-.

Este año, el Inocente encargado de custodiar la recaudación fue Mariano Martínez-Iglesias, colaborador en multitud de causas en el municipio.

Quema del Herodes

Tras el alarde de inocentes y el pleito entre alcalde y Demonio, la jornada concluyó con la restitución del Bastón de Mando y la quema del Herodes en la Plaza Nueva del municipio.