Las denominaciones de origen de los vinos de Bullas, Jumilla y Yecla se han unido a un proyecto nacional para obtener la 'huella dactilar' del vino, que permitirá contar con una potente herramienta frente a falsificaciones de los caldos.

La consejera de Medio Ambiente, Adela Martínez-Cachá, dijo ayer en Jumilla que pertenecer a esta red «permitirá al sector vitivinícola de la Región poder certificar sus vinos en origen y destino, con la seguridad de que el análisis y el resultado será el mismo en ambos países».

Este sistema se lleva a cabo utilizando técnicas de resonancia magnética nuclear de protón (RMN-H1). El Imida, a través de la Estación enológica de Jumilla, en coordinación con los consejos reguladores de las tres D.O. protegidas (Bullas, Jumilla y Yecla), son los encargados de recoger más de 100 muestras de vino y enviarlas a la Estación enológica de Haro para que sean analizadas con técnicas de RMN.

Esta 'huella dactilar' se introduce en una base de datos que contiene muestras de otros vinos, estableciendo sus semejanzas y diferencias, y ubicando al vino analizado frente a las variedades, los distintos años, y las diferentes zonas de vinificación y países del resto de los presentes en el banco de vinos.