La comisión municipal constituida para armonizar el uso ganadero y residencial del suelo de la huerta de Lorca ha propuesto para su estudio la rebaja de 3.000 a 2.000 del número máximo de cabezas de ganado porcino que puede albergar una granja en zonas próximas a viviendas en suelo urbanizable especial (SUZE).

Los concejales de Urbanismo y Desarrollo Rural ,Saturnina Martínez y Ángel Meca, respectivamente, expusieron ayer que los técnicos del Ayuntamiento han presentado a todos los grupos municipales una batería de propuestas para contribuir al equilibrio de los usos residencial y ganadero en la huerta de Lorca, que serán sometidos a estudio durante dos semanas.

Entre las medidas de carácter técnico se encuentra aumentar la distancia actualmente exigida para permitir la implantación tanto de construcciones, como de balsas de purines y depósitos de cadáveres, que pasaría de los cinco metros actuales a 15, desde el lindero de las fincas.

Se propone además la extinción definitiva e improrrogable del plazo de 15 años que se concedió en 1998 para la legalización de explotaciones ganaderas y que conlleva el cierre de las granjas asentadas en suelo urbanizable.

La aplicación de estas propuestas supondrá la aprobación de modificaciones puntuales de la normativa del Plan General Municipal de Ordenación y la elaboración de una ordenanza del sector porcino que recoja condiciones sobre las edificaciones, las balsas de purines, los depósitos de cadáveres y una serie de requisitos exigibles a explotaciones existentes que generan malestar por malos olores.

El equipo de Gobierno ha añadido a estas propuestas el establecimiento de una serie de ventajas fiscales que incentiven el traslado de granjas a emplazamientos en los que no generen molestias sobre viviendas.

En cuanto a las explotaciones de las que se constate que generan molestias por malos olores en viviendas próximas por incumplimiento de las condiciones de la licencia se impondrá la adopción de las medidas correctoras o prescripciones técnicas en un plazo no superior a dos meses.

Esas medidas podrán ser dotar a la balsa de purines existentes de cubierta con elementos fijos, flexibles o flotantes o establecer en todo el perímetro de la balsa un muro vegetal de una altura mínima de 3,5 metros que disminuya y filtre el paso de corrientes de aire.

Los concejales han añadido que en el caso de que se generen graves molestias a viviendas por olores procedentes de las naves ubicadas a menos de 30 metros de las mismas, se rediseñará su sistema de ventilación, dotándolas de ventilación cenital con chimeneas o incorporando sistemas para reorientar la dirección del aire en sentido ascendente.

Si esas medidas fuesen insuficientes se podría exigir a los propietarios de las granjas la aplicación de cualquier otra mejor técnica disponible que exista en el momento en que se constaten las molestias para los vecinos.