La reja estaba en el suelo cuando el conserje llegó ayer, a las 7 y media de la mañana, para abrir el colegio. Habían robado en la escuela pública de Infantil y Primaria Hernández Ardieta de Roldán, una pedanía de Torre Pacheco. Los ladrones destrozaron varios elementos del centro, se hicieron con alrededor de 500 euros en efectivo y robaron 13 ordenadores portátiles y 24 tabletas, según confirmó a este diario el director del centro, José García.

Sucedió en la madrugada del martes al miércoles, detalla el director. Los cacos entraron por el despacho de la jefa de Estudios, cuya reja aparecía ayer descolgada y con el cristal de la ventana roto, y se internaron por todo el centro. Forzaron los pomos de las aulas, destrozaron dos soportes de proyectores, abrieron los cajones de los profesores y se llevaron las 13 tabletas que estaban guardadas en un armario metálico y cerrado con llave en el aula del responsable de Informática, así como trece portátiles. En una clase, los cacos encontraron unos 50 euros recaudados para una excursión; en otra, otros 50 euros, según comenta el director, cuyo despacho también fue asaltado. «Lo dejaron patas arribas, pero no se llevaron nada». Además, se apoderaron de la caja de la cafetera, que administra la Asociación de Madres y Padres de Alumnos del centro, que reunía una cantidad estimada entre 300 y 400 euros.

La alarma, que funciona con normalidad, no sonó por razones que ayer se desconocían. «No sabemos si ha fallado la alarma, si conocían el código; no sabemos qué ha pasado con el sistema», se lamentaba José García.

Cuando llegaron los niños, a las 9 de la mañana, se encontraron con la Guardia Civil, que se hizo cargo de la investigación, aunque las clases transcurrieron «con normalidad, menos en dos aulas, que fueron «reubicadas».

Hubo otro hurto hace un año

No es el primer robo que sufre el centro, en el que estudian 607 alumnos y trabajan 47 profesores. «Hace un año robaron el equipo de megafonía. Entraron por un sitio donde la alarma no alcanzaba», revela el director de la escuela, quien confiesa que se esperaba que algún día sucediera algo así. «Llevo un año reclamando al Ayuntamiento seguridad, que pusieran los puntos de alarmas que faltan y que necesitamos más vigilancia, pero no nos han hecho caso», dice. El colegio se encuentra apartado, entre Lo Ferro y el casco urbano. «Y por la noche es fácil. No hay nadie vigilando», agrega García.

Una vez recabados los datos de los desperfectos y recontado el material sustraído, los responsables del colegio tenían previsto hoy presentar una denuncia.