El presidente nacional del sindicato Acaip, José Ramón López, se desplazó este jueves a Murcia para anunciar, en rueda de prensa, que su agrupación ha iniciado «una actuación judicial contra Felipe Burgos, director del Centro Penitenciario Murcia 2 -el de Campos del Río -por atentado contra la libertad sindical y los derechos de los trabajadores, por amenazas y está pendiente la ampliación por acoso laboral». López, que compareció junto al miembro de la sección sindical de la cárcel, Antonio Gomariz, dijo de Burgos que «con él no se puede hablar, no hace ni caso».

«Las denuncias están pendientes de calificación por parte del Ministerio Fiscal. Cuando se produzca, el sindicato se personará como acusación particular», apuntó el responsable nacional.

Sobre el director de la cárcel, aseveró que «este hombre tiene una forma bastante peculiar de entender la dirección en pleno siglo XXI. Muy malas formas, voces, gritos, amenazas, faltas de respeto e importantes carencias técnicas en su labor diaria».

«Una orden se modifica por la falta de capacidad técnica que tiene este señor. Pero lo más grave es la forma que tiene de tratar al personal», espetó, al tiempo que recordó que en la prisión «hay más de mil internos y 400 y pico funcionarios».

Con Burgos, aseguró, «la conversación siempre acaba con un ‘esto se hace así porque yo soy el director’». Las discrepancias arrancaron, destacó López, en enero de este mismo año, cuando el director «invitó a una serie de sindicatos que no tenían capacidad de negociación a una mesa».

López también indicó que Burgos «en agosto, se negó a identificarse» en la barrera de las instalaciones de la prisión de Sangonera, donde reside por ser un mando. «Iba con su moto, con un casco y no era identificable», dijo, a lo que añadió que «un funcionario le solicitó que se identificara, y este señor montó un circo. Dijo: ‘Si no me conoces después de cuatro años aquí viviendo, tú no puedes estar en este puesto de trabajo’», relató el sindicalista.