La apertura del Mercado del Sol en el edificio de las antiguas Galerías Bertrand de Lorca tendrá lugar en diciembre, en plena campaña de navidad, según las previsiones de la Unión de Comerciantes de Lorca, que ha hecho públicas su presidente, Juan Montoya.

Según ha explicado, a preguntas de los periodistas, el resultado de las obras de restauración de las viejas galerías será visitable a finales de septiembre para los comerciantes que instalarán allí sus negocios y para otros que puedan incorporarse al proyecto.

Montoya ha afirmado que el resultado de la recuperación de los antiguos grandes almacenes es «espectacular» y que su reconversión en el mercado gourmet «va a ser una maravilla» que espera que tenga una acogida calurosa entre los ciudadanos de Lorca y de su comarca.

Los trabajos de la reforma comenzaron el pasado noviembre, con un presupuesto previsto de 1,5 millones de euros y desde entonces se barajaron distintas fechas de apertura del Mercado del Sol que no se han cumplido.

Inspirado en el Mercado de San Miguel de Madrid, el Mercado del Sol -que coge su nombre del disco solar que era anagrama de las antiguas galerías- será un espacio de encuentro, una zona social y de compras en las que poder comprar productos gastronómicos de la máxima calidad y también comer en sus restaurantes.

La iniciativa público-privada, que cuenta con una aportación de medio millón de euros del Plan Estatal de Competitividad puesto en marcha por el Gobierno de España, ha precisado cuatro años de gestiones previas al inicio de los trabajos dirigidas por el ayuntamiento y la Unión de Comerciantes.

Según lo previsto el mercado tendrá 36 establecimientos entre puestos de venta y restaurantes y cafeterías y su apertura permitirá recuperar ese histórico espacio comercial de más de 1.700 metros cuadrados de superficie, distribuidas en tres plantas.

Ese inmueble fue diseñado en 1942 por el arquitecto Leopoldo Blanco Mora y el Mercado del Sol aprovechará muchos de los lujosos elementos que formaron parte de los antiguos grandes almacenes, como la escalera imperial que conecta sus dos alturas y la enorme lámpara de araña que formaba parte de la decoración original de Bertrand.