La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia (TSJ) ha confirmado la sentencia que declaró procedente el despido de la trabajadora de un almacén de frutas de Abarán que se enfrentó a su jefe y le faltó al respeto porque no la dejaban salir a la calle "a dar unas caladas a un pitillo".

La sentencia señala que el Juzgado de lo Social de Murcia al que correspondió el asunto en primera instancia declaró probado que el incidente se produjo el 28 de octubre de 2013, cuando la empleada salió del almacén en el que prestaba sus servicios.

El encargado, al verla, le preguntó por lo que le pasaba, "a lo que le contestó que estaba hasta el c. -en alusión a su órgano genital- de que la gente esté fumando y yo no pueda salir dos minutos a la calle a darle dos caladas a un cigarro".

Su jefe se interesó entonces por saber que otras personas eran las que dejaban el trabajo para fumar, y la intentó tranquilizar, además de decirle que si no podía continuar con su labor, que se fuera a casa, y eso es lo que hizo.

La sentencia señalaba también que "al parecer, el motivo del incidente fue que la demandante vio a otra compañera que pidió permiso al encargado para salir a la calle, ya que su marido había acudido a la empresa y solicito hablar con ella".

El Juzgado, en la sentencia que ahora se confirma por el TSJ, declaró igualmente probado que con anterioridad a estos hechos la demandante no acudió al trabajo o se ausentó del almacén antes de acabar la hora fijada.

La Sala del TSJ, al desestimar el recurso, indica que las frases dirigidas por la apelante a su jefe no tienen entidad suficiente para ser consideradas como constitutivas de una falta grave de respecto y consideración a un superior. Pero añade que sí constituyen una falta muy grave, sancionable con el despido, las ausencias al trabajo sin justificar.