Una casa de veraneo de planta baja como cualquier otra de la avenida de Los Narejos, en Los Alcázares. Sin embargo, los inquilinos de esta vivienda familiar, un matrimonio español de unos 60 años, aún no se explicaban por qué les habían tiroteado la puerta de su garaje. «Creo que estas cosas es mejor no pensar por qué han pasado, porque no le encontramos explicación alguna», señaló a LA OPINIÓN el cabeza de familia, cuyo yerno es Guardia Civil.

Los hechos ocurrieron el sábado por la noche cinco minutos antes de que el reloj marcase la una en punto de la madrugada. Muy cerca del lugar hay numerosos locales de ocio nocturno. En el momento del suceso en la vivienda sólo estaba el matrimonio mayor y los disparos no produjeron ningún daño físico a los moradores. Los cartuchos eran de bajo calibre.

Pese a ello, los tres tiros de escopeta sí que dejaron algo maltrecha la puerta metálica del garaje e, incluso, algunos de los perdigones que contienen los cartuchos llegaron a impactar, sin llegar a romper el cristal, en la reja de una de las ventanas. «Hay fiestas en la calle de atrás y sí que escuchamos un ruido pero pensamos que eran cohetes», aseguraron los damnificados tras señalar: «Nos hemos enterado de lo que ha pasado cuando hemos ido a desayunar esta mañana y hemos visto los cartuchos en el suelo». La Guardia Civil ha abierto una investigación.

Una vecina próxima declaró a esta Redacción que sí que llegó a escuchar los tiros en el momento en el que se produjeron. «Me desperté y en ese instante supe que eran disparos. Me asomé a la ventana y vi a un pequeño grupo de niñas adolescentes salir corriendo atemorizadas», relata esta veraneante nada más asegurar que los tres disparos se produjeron en apenas diez segundos. Algo que arroja luz sobre el posible arma utilizada: una escopeta automática.