El ayuntamiento de Bullas ha establecido para este verano limitar el acceso al paraje del Salto del Usero en 150 personas para preservar el entorno y ampliar la seguridad de los bañistas, un aforo que se alcanza todos los fines de semana y que obliga a muchos vecinos y visitantes a tener que dar la vuelta o esperar para poder acceder al lugar.

Con esta medida, que estará activa hasta el próximo 18 de septiembre, se pretende moderar el baño en las charcas, establecer las medidas necesarias para poder disfrutar del entorno natural sin dañarlo y mejorar la seguridad de las personas que se encuentren en el Salto.

Además del límite de 150 personas, se prohíbe acceder al paraje en vehículo y con elementos que puedan dañar su flora, tales como sombrillas, mesas y sillas, colchonetas o bebidas de vidrio, entre otros objetos, como aparatos de música que afecten a la fauna. Tampoco se permite el salto desde las rocas para evitar accidentes o realizar juegos que puedan dañar el entorno.

Las personas que acudan en vehículo deberán estacionarlo en un aparcamiento habilitado para tal fin a un kilómetro aproximado de la zona de baño. Allí, voluntarios de Protección Civil realizarán el recuento de personas que van accediendo al espacio y controlarán que los bañistas no porten elementos que puedan dañar el entorno informado, a través de un folleto, las medidas aconsejables para el buen uso del paraje natural.

Cuando se alcance el cupo establecido se prohibirá la entrada de más personas hasta que se reduzca nuevamente el número de personas en su interior, según explicaban voluntarios del Servicio de Emergencias del Noroeste.

Esta medida -que empezó a aplicarse en parte el pasado verano y que este año se ha intensificado- ha mejorado notablemente las condiciones ambientales del paraje, que se hace presente en las personas que llegan hasta allí para disfrutar del espacio natural o disfrutar del baño.

Buena acogida

Voluntarios de Protección Civil afirman que la medida está siendo bien acogida por los usuarios del Salto del Usero ya que en años anteriores «el baño era casi imposible por la cantidad de gente que se aglomeraba», así como las consecuencias de esta masificación en la basura que no se depositaba en los contenedores habilitados o los daños en plantas y mobiliario, así como la peligrosidad que existe al lanzarse desde las rocas más altas que rodean la charla sin ningún tipo de control.

La medida también se aplica en otros lugares de baño existentes en Bullas, aunque el control de acceso únicamente se establece en este paraje considerado como uno de los más bonitos de la Región de Murcia por sus características únicas y el entorno natural que lo rodea.