El edificio ´Los Almendros´ de Lorca, un bloque de cuatro plantas con 32 pisos ubicado en el número 2 de la avenida de Fuerzas Armadas, ha comenzado a ser derribado hoy cinco años y dos meses después de los terremotos que lo dejaron en estado ruinoso y obligaron a su desalojo y clausura.

Una pala retroexcavadora y una grúa con un brazo articulado rematado en una gran pinza han iniciado el derribo del edificio a primera hora de la mañana entre fuertes medidas de seguridad, chorros de agua para mitigar la polvareda y ante la expectación de peatones y conductores.

El edificio, declarado en ruina tras los seísmos, había seguido en pie hasta ahora convertido en un testigo de la maraña burocrática que han padecido muchos damnificados de Lorca para reconstruir sus viviendas tras la catástrofe de mayo de 2011.

Después de cinco años de negociaciones, los propietarios alcanzaron hace un mes un acuerdo extrajudicial con el Consorcio de Compensación de Seguros, con el que litigaban sobre la cuantía de la indemnización a percibir.

El acuerdo se alcanzó «in extremis», apenas unas horas antes de que comenzara el juicio que podría haber alargado el proceso otros cinco años en el caso de que se hubieran producido nuevos recursos por alguna de las partes.

La comunidad tenía un seguro colectivo potente y todos los propietarios, con excepción de cinco, seguros privados, algo que sin embargo les impidió alcanzar un acuerdo de indemnización con el Consorcio, que no reconocía que la ruina técnica del edificio hubiera sido consecuencia de los seísmos y no asumía el pago del derribo que ya ha comenzado a materializarse.

Los testigos que observaban el derribo desde los jardines del vecino campus universitario, entre ellos muchos niños, han comentado que cuando la piqueta se ha acercado al edificio centenares de palomas han comenzado a salir del interior.

Las ventanas sin cristales habían convertido el bloque de pisos en un multitudinario palomar durante el lustro de abandono. Entre los cascotes, algunos colchones, un enorme peluche rosa con forma de elefante, jirones de cortinas y muebles se han precipitado desde la cuarta planta hasta la montaña de escombros que se formaba a los pies del edificio Los Almendros, cuyo derribo terminará esta semana.

El mismo futuro espera para otro edificio declarado en ruina y que sigue en pie emparedado entre planchas metálicas para evitar la caída de cascotes, el edificio Portugal de la avenida del mismo nombre.