Las obras de ampliación del hospital general universitario Rafael Méndez, de Lorca, que dieron comienzo el pasado año, atraviesan durante este mes de julio por su etapa más crítica, según reconoció a este periódico la directora gerente, Catalina Lorenzo. Los trabajos en la zona de reanimación se prevén que acaben en octubre mientras que el resto de las obras terminarán a finales de febrero o principios de marzo.

Amplían a cinco quirófanos

Catalina Lorenzo responde así a las críticas vertidas a lo largo de los últimos días por partidos políticos y sindicatos. Cuando finalicen los trabajos, el centro sanitario -que atiende a una población que supera los 175.000 habitantes de los municipios de Lorca, Puerto Lumbreras, Águilas, Totana y Aledo- se convertirá «en un hospital del siglo XX al pasar de dos a cinco paritorios y de seis a nueve quirófanos».

Los trabajos se encuentran en su fase más crítica. «Estamos sellando todo aquello donde pueda haber una comunicación por aire entre la obra y el hospital, ya sea en plantas de hospitalización, en la zona quirúrgica o en la UCI». Se trata de un trabajo, añade Lorenzo, que «no se ve pero que se hace durante meses». «La población puede estar tranquila: las medidas de contención están funcionando y los servicios en los que hemos tenido que trasladar se han hecho de forma paulatina y coordinada».

Explica Lorenzo: «Estamos sectorizando y separando la obra de la actividad, para que cuando comience la demolición, no entre ni una mota de polvo a la zona quirúrgica porque sellamos todos los espacios, con máquinas extractoras y sacando el polvo para que no se interrumpa la actividad quirúrgica».

Todo ello, según Lorenzo, requiere de una gran planificación. En la planta de Traumatología se ha trasladado la esterilización para poder seguir operando a la vez que se esteriliza el material utilizado en los quirófanos, señala la directora, quien además insiste en que están «en periodo crítico de esterilizar los materiales que se necesitan cuando hay que intervenir a un paciente». Ese es el motivo, agrega, por el que se ha cerrado la planta y porque parte del pasillo que accede a la zona quirúrgica actual tendrá que modificarse.

La situación se prolongará solo durante este mes de julio, ya que en agosto se habrá separado la obra de la zona quirúrgica y podrán volver a operar a los pacientes de urgencias en Traumatología. Los trabajos han permanecido parados durante dos meses, por motivos de seguridad, según la directora del centro, los cuales se reestablecieron el pasado 1 de julio.

Las obras, que afectan a una superficie total de 3.077 metros cuadrados -de los que 1.482 son de nueva construcción- supondrán la construcción de nuevos quirófanos, la creación de 13 puestos en una nueva sala de despertar (ahora hay 10), una nueva sala de preparación quirúrgica, con nueve boxes y nuevos espacios para el servicio de cirugías, con conexiones directas con la UCI y Reanimación (REA). El área de reanimación será completamente nueva con seis boxes (uno de ellos para aislados), sala de estar para familiares de pacientes y nuevos espacios para el servicio, conectados directamente con la UCI y los quirófanos. También contará con conexión directa con los quirófanos de la nueva área de obstetricia, cuya actuación se centrará en la ampliación de las salas de parto.

Una inversión de 3,5 millones

La consejería de Sanidad invertirá 3,5 millones de euros en la ampliación del hospital. Es la segunda fase de un proyecto que supera los cinco millones de euros, cuya primera permitió renovar el área de pediatría. Otra de las obras que faltan por ejecutar es la zona de lavandería. La actual, afirmó Lorenzo, se va a remodelar.