La Audiencia Provincial iba a celebrar ayer un juicio por tráfico de drogas, en el cual la fiscalía acusa a Diego M.G., Diego M.D, hijo del anterior, y Diego R.G, de un delito contra la salud pública y de posesión de sustancias estupefacientes para su uso comercial, que ha sido aplazado debido a la ausencia de este último. Según fuentes cercanas, Diego R. G., que actualmente está en prisión, no se presentó «porque posiblemente no ha sido notificado de la celebración de la vista».

Los hechos de los que se les acusan se remontan al mes de febrero de 2011 en Jumilla, donde, según recoge la calificación fiscal, ante las sospechas de que presuntamente «se pasaban drogas en el domicilio propiedad de Diego M.G., se montó un dispositivo de vigilancia por parte de la Guardia Civil desde octubre de 2010». Durante esos cuatro meses, los agentes allí presentes fueron testigos de cómo «numerosas personas, la mayoría de ellos conocidos toxicómanos, se acercaban a la citada vivienda, entraban y salían al cabo de unos minutos» aseguró la fiscalía.

Dicho dispositivo permitió detener tanto a aquellas personas que se acercaban al domicilio, como a los tres acusados, que también residían en dicha vivienda.

Durante el registro, previamente autorizado, siempre según el relato del Ministerio Público, la Guardia Civil requisó sustancias estupefacientes por valor de más de 2.000 euros. «Estas sustancias eran poseídas por los acusados para su venta o transmisión de terceros» tiene claro el fiscal.

Por todo esto, la Audiencia exige una pena de cuatros años y seis meses de prisión, así como una multa del triple del valor de las sustancias estupefacientes intervenidas. Pero para eso habrá que esperar a que el juez señale nueva fecha para el juicio ahora aplazado.