"El machismo nos aísla, atemoriza, mata", se podía leer en la pancarta, sobre fondo morado, que portaban integrantes de la Plataforma 8 de Marzo. A su lado, el cartel en amarillo de la Intersindical Organización de Mujeres clamaba: "Ni muertas ni calladas". Un hombre, en el centro de los dos carteles, llevaba un folio en el que exigía que "hay que enseñar educación sexual integral e inclusiva". "Ni una menos, nos están matando", era la leyenda de la camiseta que vestía una joven.

La murciana plaza Belluga era escenario este lunes por la tarde de una concentración en memoria de Cristina Iglesias, la profesora de 36 años de edad que el viernes perdía la vida en Torre Pacheco, presuntamente a manos de un vecino suyo que hoy ingresaba en prisión provisional.

Entre los presentes, la candidata socialista por Murcia, María González Veracruz; el candidato de Podemos al Congreso por Murcia, Javier Sánchez; el secretario general de Podemos en la Región, Óscar Urralburu; y la diputada de Podemos en la Asamblea, María de los Angeles García, entre otros. Minutos después de las ocho llegaban los 'yayoflautas', también con pancarta: "Si tocan a un@, nos tocan a tod@s".

La madre de Cristina, María Betanzos, nada más salir del cementerio en el que enterraba a su hija, se dirigió a Murcia para participar en la concentración. «La sinrazón no puede seguir dominando este mundo», escribía en redes sociales Betanzos. La madre de la víctima era recibida con un aplauso y un ramo de flores.

Seguidamente, Fina Lucerga, de Sterm, era la encargada de leer el manifiesto preparado para la ocasión. «El dolor, la rabia y la sensación de impotencia que nos invaden son inmensos», leyó Lucerga. «Necesitamos medidas, no minutos de silencio», dijo.

«A mi hija la mataron porque se resistió a su violador. La degolló como si fuese un animal en el matadero», denunció la madre. «Estas leyes que tenemos en España amparan a los asesinos, no a las víctimas. Como este desgraciado, que se ampara en que se tomó dos chupitos. Desgraciadamente, mi hija no va a ser la única. Esos no son hombres. No los puedo llamar hombres porque no lo son. Sólo puedo pedir apoyo para recoger las firmas y cambiar las leyes», denunció.