Aunque el incendio de la sierra del Molino, en Calasparra, está prácticamente controlado, según explicó ayer el director general de Emergencias, Manuel Durán, se va a esperar « para darlo por controlado mañana (por hoy) al mediodía, ya que tenemos una previsión de fuertes rachas de viento para la mañana y queremos estar totalmente seguros de que no se vuelva a reavivar». Aunque con mucha precaución, acababa así una pesadilla para los habitantes del municipio de Calasparra, que gracias a una rápida y efectiva intervención ha durado poco más de 24 horas. Los trabajos se alargarán durante los próximos días antes de que esté extinguido y pasarán varias generaciones hasta que la Sierra del Molino vuelva a resurgir con todo su esplendor.

Los habitantes del municipio vivieron un madrugada en vilo cuando después de estar casi controlado, el incendio, que comenzó en la umbría de la Sierra el pasado viernes a las cinco de la tarde, se reavivó por la retirada de los medios aéreos y el viento en contra, que levantó el fuego en la zona de la solana, dejando una imagen que se podía ver desde los municipios cercanos.

El fuego estuvo relativamente cerca de algunas viviendas de campo, sin llegar a acceder a ninguna. Uno de los propietarios asegura que cuando se dio cuenta de lo cerca que estaba el fuego, trataron de apagarlo: «Intentamos apagarlo con mangueras y cubos de agua, por suerte no llegó ni a la casa, ni a los corrales», explicó. Por precaución, unas 16 personas fueron evacuadas de sus viviendas la madrugada del sábado. Esperanza, una de las afectadas, cuenta que estuvieron «durante toda la tarde viendo el fuego, y al caer la noche lo tenían casi apagado, pero una vez que se retiraron los medios aéreos, en cuestión de media hora todo comenzó a arder». Según explicó esta vecina «pasada las una y media de la madrugada, Policía Local y Guardia Civil vino para decirnos que teníamos que abandonar la casa».También fueron evacuados unos cincuenta perros de una protectora de animales que se encontraban en un paraje cercano al lugar del incendio.

Por la mañana, agentes medioambientales acordonaban una zona de unos cien metros cuadrados, donde pudo estar el origen del fuego. En la zona se encontraban restos de botellas, por lo que todo hace pensar que el origen estuvo en la mano del hombre, bien provocado o por una negligencia.

Un total de 252 efectivos, cinco helicópteros y un hidroavión foca estuvieron trabajando durante todo el día sin descanso para dar por controlado el incendio.

A las 14.45 h. de ayer se dio el incendio por establecido, mientras en el lugar trabajaban 10 Retenes Forestales, 3 brigadas helitransportadas, 14 Bomberos del CEIS, Bomberos del Ayuntamiento de Murcia, Voluntarios de Protección Civil realizando labores de apoyo logístico, patrullas de Guardia Civil, patrulla de Policía Local, Técnicos Forestales, Técnicos de la Dirección General de Seguridad Ciudadana y Emergencias, Puesto de Mando Avanzado, y 3 Helicópteros de la Consejería de Presidencia, Dirección General de Seguridad Ciudadana y con base en Colmenar, así como un batallón de la base de Bétera. Aunque los primeros cálculos fijaban que la superficie arrasada sobrepasaría las 300 hectáreas, al final son unas 250.

La consejera de Presidencia, María Dolores Pagán, manifestó que «el cambio de la climatología fue uno de los factores para que se avivará el fuego durante la noche».

Por su parte, el alcalde de Calasparra, José Vélez, agradeció el trabajo de todos los efectivos y a las instituciones: «Desde el primer minuto hemos tenido una gran coordinación de todos los medios de la Región y de provincias limítrofes». También puso de manifiesto «el rico patrimonio natural que se está perdiendo en Calasparra, un patrimonio que es de toda la Región, así estamos trabajando juntos por evitar que esto pueda volver a pasar». Por último explicó que se va «a seguir trabajando para volver a intentar recuperar esta zona».

Arde sobre quemado

La zona que se ha perdido es pino de corta edad y matorral, debido a que la Sierra del Molino ya sufrió un devastador incendio en septiembre de 2010 que afectó a más de 900 hectáreas. En aquella ocasión trabajaron más de 600 efectivos en las labores de extinción entre voluntarios, brigadas forestales de distintos puntos de la Región y militares de UME procedentes de diferentes comunidades de España, como Andalucía, Madrid y Valencia. El ayuntamiento de Calasparra habilitó los dos pabellones polideportivos para alojar a los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias.