El presidente de la Comunidad de Regantes de Lorca, Juan Marín, ha dicho a este periódico que la entidad que dirige se encuentra «en situación límite» al haber agotado las reservas procedentes del trasvase Tajo-Segura, cuyo suministro para Lorca permanece cortado desde hace un par de días.

El presidente de los comuneros lorquinos afirma que «existen recursos fuera de la cuenca» y confía en que «no nos dejen sin regar», pues en caso de que así sea «habría que salir a la calle».

Según Marín «necesitamos de 5 a 6 hectómetros cúbicos de agua para los próximos dos meses más la que podamos conseguir de recursos propios y de la desaladora».

Marín ha manifestado, asimismo, que en marzo pasado solicitaron el adelanto del agua que iban a consumir durante los meses de marzo, abril y mayo y desde hace un par de días el agua procedente del trasvase está cortada, porque no hay más recursos disponiendo solamente de la que se obtiene de pozos y de la desaladora de Águilas.

En este sentido ha dicho que «hemos solicitado al Sindicato Central de Regantes y a la Confederación Hidrográfica del Segura que nos sigan adelantando agua de la que nos correspondería para los meses de junio y julio». Y asegura al respecto que «sabemos que aquí no hay agua, pero la cabecera del Tajo se está recuperando y, si llegamos a los 590 hectómetros cúbicos, pasarían a correspondernos de 20 a 38 hectómetros cúbicos y para Lorca, en lugar de 900.000 metros cúbicos, nos corresponderían 2 hectómetros cúbicos».

El representante de los más de 12.000 agricultores que integran la Comunidad de Regantes de Lorca, con una superficie regable de más de 24.000 hectáreas entre regadío tradicional y consolidado, ha dicho también que «vamos a levantar la voz para que los 30 hectómetros de la cuenca que se llevan dos meses tramitando, de los que a esta comunidad corresponden dos, puedan llegar para acabar la campaña de lechuga, brócoli, coliflor y alcachofa», pero recuerda que en julio comienza la nueva campaña y sigue haciendo falta agua.

La situación, según Marín, «es difícil, compleja y límite porque, si en el plazo de 10 días no hay una solución, habrá que dejar de regar y no podría terminar la campaña como nos hubiera gustado».

Marín confía en la promesa de los políticos «de que nos darán agua» para añadir que «no podemos seguir con la incertidumbre de si tenemos agua para un mes o para tres meses. Nos han acostumbrado a vivir al filo de la navaja y así no podemos seguir».

Mientras tanto esperan una respuesta positiva a la petición que han realizado tanto a la Confederación como al Sindicato Central de Regantes «pues, en caso contrario, sería la ruina».

Marín recuerda que son varios miles de puestos de trabajo, solamente en la zona del Guadalentín, los que están en juego ante la falta de agua.