Alrededor de 4.500 personas participaron ayer en la tradicional romería de Mahoya, una de las fiestas grandes del municipio de Abanilla. Como cada año, los romeros acompañaron la imagen de la Santa Cruz desde la parroquia de San José de Abanilla hacia la ermita de Mahoya, entre los disparos de 250 arcabuceros, todos ellos con los permisos legales para poder llevar armas de fuego.

Al llegar la imagen de la Sagrada Reliquia a la ermita de Mahoya, se produjo el tradicional acto de rodaje de bandera, a cargo de los capitanes Pedro Antonio Hurtado Ruiz y María José Guardiola Cascales, y la granadas, que corrió este año a cargo de los hermanos Adriana y Alejandro Ruiz Lajara. Los pajes fueron los niños Juan José Tomás Vicente y José Javier Tenza Sebastián. La romería finaliza con la suelta de la paloma de la paz y el baño de la Cruz.

Al finalizar la romería, tuvo lugar la misa en la ermita de Mahoya, donde la Santa Cruz quedó expuesta para que los fieles la veneraran. Después, los romeros aprovecharon para comer en el campo y disfrutar de la comida típica de ese día: conejo frito con tomate y tortilla de patatas. Tras la comida, alrededor de las cuatro de la tarde, la reliquia emprende el camino de vuelta a la parroquia de San José de Abanilla, de donde salió la Cruz a primera hora de la mañana.

Participaron este año en la romería dirigentes políticos como la consejera de Cultura, Noelia Arroyo; el portavoz del Partido Popular en la Asamblea Regional, Víctor Martínez, y el alcalde de Abanilla, Ezequiel Alonso, en la primera romería de Mahoya en la que participa desde que accedió a la alcaldía.

La romería de Mahoya es una de las fiestas con mayor tradición en Abanilla, lo que se puede ver en el gran número de personas que realizan el recorrido descalzas para cumplir alguna promesa. Curioso es el caso de Sergio, un abanillero residente en Canarias que este año ha sido padre de una niña, Manuela. La nueva familia se desplazó a la península solo para asistir a la romería, cumpliendo así el padre la promesa que le hizo a la Cruz de realizar el trayecto si todo iba bien.