A sólo ocho días de cumplirse un lustro de aquel fatídico 11 de mayo de 2011, la tierra volvía a temblar en Lorca y la alarma hacía de nuevo acto de aparición en sus ciudadanos. En la memoria colectiva (no sólo de la Ciudad del Sol, sino de toda la Región) permanecen aquellos seísmos que costaron la vida a nueve personas y dejaron heridas de las que el municipio aún se recupera.

Un terremoto de 3,7 grados en la escala Richter y cinco kilómetros de profundidad sacudía este martes, a primera hora de la tarde, la Ciudad del Sol y se dejaba sentir con intensidad tanto en la localidad como en municipios como Molina de Segura, Cieza, Alcantarilla, Alhama de Murcia y la capital murciana. El terremoto tenía como epicentro Aledo.

Numerosos vecinos se sobresaltaban y salían a la calle tras el nuevo temblor. Muchos, apenas segundos después de sentirlo, se hacían eco en las redes sociales de lo ocurrido. Las primeras informaciones indicaban que no se habían producido daños personales, pero el miedo sigue metido en el cuerpo de aquellos que vieron, hace ahora cinco años, cómo su ciudad se venía abajo.

El ayuntamiento de Lorca procedía de inmediato a evacuar los comedores escolares de los centros educativos (colegios, institutos y guarderías). Como medida preventiva y siguiendo el protocolo, se activaba el nivel 0 de prealerta del Plan Sismimur, que supone «estar pendientes y recordar las recomendaciones».

A primera hora de la tarde comenzaban las revisiones de edificios públicos del municipio para comprobar su estado. Asimismo, técnicos municipales y miembros de Protección Civil se esmeraban en tranquilizar a los vecinos. Algunos no se creían un ´no pasa nada´ después de haber visto una vez cómo pasaba todo.

En este sentido, miembros de los servicios de emergencia insistieron en hablar con los paisanos para recordarles cómo hay que actuar en caso de terremoto y, sobre todo, pedir calma, mucha calma. A la vez, en Internet alguien hacía de las suyas y comenzaban los bulos. Que si este temblor es señal de que viene otro más fuerte y similares. Los profesionales dejaban claro, tanto de modo presencial como en las redes, que los seísmos no se pueden prever, y hacían hincapié en que no hay que hacer caso (y tampoco compartir) bulos maliciosos de este calibre.

El Centro de Coordinación de Emergencias sacaba una nota oficial: no hay constancia de daños. Las centralitas del 112 echaban humo: más de un centenar de llamadas de personas alarmadas apenas unos minutos después de haber sentido el terremoto.

"Hay pánico"

«Que se quede en un susto, por favor», ponía una chica en su cuenta de Twitter. Otro joven tachaba el sismo de «temblor recio».

«Lo que pasó en Lorca en 2011 no se nos va a olvidar nunca», decía ayer Rosa, lorquina residente en la capital murciana que, al saber del nuevo temblor, sintió «el miedo en el cuerpo, lo habría sentido igual si me llega a pillar en Estocolmo», relata. «He llamado a mi madre a mi móvil, claro. Si llega a tardar un tono más en cogerlo, me da un ataque», cuenta la joven, ya tranquila, después de confirmar que todos sus allegados están bien. Ella es una de las que se tragan «todos los bulos que hagan falta», admite, porque «hay mucho miedo, hay pánico».

En el caso de que un temblor sorprenda a la gente en la calle, se recomienda que se desplace a lugares abiertos, que no corra y que tenga cuidado con el tráfico.

Si van en coche cuando ocurra el temblor, que lo paren en un lugar donde puedan permanecer en su interior, retirado de puentes y tajos, aconseja el Consistorio.