Según se conocía esta mañana, una de las víctimas del doble crimen de Caravaca de la Cruz, que responde al nombre de Encarna T., fue condenada en el año 2005 a seis años de prisión por matar con una escopeta de caza en diciembre de 2005 a su esposo, Antonio L. G. y de 50 años, a quien enterró en una zanja que el matrimonio usaba para sepultar a los animales que fallecían en la instalación porcina que tenían en un cortijo situado en el paraje de 'Los Guiraos', en Vélez Rubio (Almería).

La autora de la muerte reconoció a los agentes de la Policía Local y del Instituto Armado que había matado a su esposo cuando éstos llegaron a la zona. De hecho, ella informó del lugar en el que había enterrado el cuerpo sin vida del hombre.

La asesina utilizó una escopeta de caza, la misma con la que luego intentó suicidarse, pero el disparo que realizó finalmente impactó en su barbilla y tuvo que ser trasladada de urgencia al hospital de La Inmaculada, en Huércal-Overa.