El titular del juzgado de primera instancia e instrucción número 2 de Caravaca de la Cruz dictó ayer prisión provisional para el presunto homicida de una pareja el pasado sábado en el exterior de la casa donde vivían en ese término municipal.

Sobre las seis de la tarde un furgón de la Guardia Civil trasladaba a Juan Álvarez desde los calabozos del cuartel de la Guardia Civil hasta el centro penitenciario de Sangonera. Sobre una hora y media estuvo declarando el acusado, acompañado de una letrada del turno de oficio, ante la juez titular del Juzgado número 2 de Caravaca. Aunque sigue decretado el secreto de sumario, todo apunta a que el acusado volvió a repetir su culpabilidad ante la Juez titular.

En la puerta se congregó numeroso público a la espera del detenido, incluidos algunos de sus familiares, que no pudieron contener las lágrimas a su llegada.

Juan llegó escoltado por varios vehículos de la Guardia Civil y se veía totalmente abatido. En el momento de la salida una cazadora cubría su rostro. Durante el tiempo que pasó desde la declaración hasta su traslado a prisión, según ha trascendido, recibió la visita de algún familiar cercano.

Los hechos ocurrieron en la tarde del sábado, 16 de abril, cuando aparecieron los cadáveres de un hombre y una mujer en las inmediaciones del club hípico de Caravaca. Fue la Guardia Civil la que dio el aviso al '1-1-2', que envió una Unidad Médica Especializada (UME), que confirmó la muerte de la pareja. Los cuerpos presentaban heridas por arma de fuego.

La detención del acusado, con antecedentes por violencia doméstica, se producía a primera hora del domingo en Caravaca.

Por el momento son muchas las incógnitas que aún se mantienen sobre el móvil del suceso, además de esclarecer qué pape jugó en el mismo Encarna, una de las víctimas en el doble homicidio.

Según las primeras investigaciones, ambos fueron sorprendidos al llegar a la vivienda, según se desprendía de la posición de los cadáveres. El varón apareció sin vida junto a su coche y la mujer tenía signos de haber estado huyendo y finalmente cayó abatida entre los dos vehículos.

José Navarrete había interpuesto una denuncia en la Guardia Civil contra Juan Álvarez por un presunto delito de robo. Al parecer, José, pastor de profesión, realizó una transacción económica de 2.000 euros por la venta de unas ovejas y Juan Álvarez estaba presente en el momento de la entrega del dinero en efectivo. Un dinero que desapareció de la vivienda y que José tenía la total certeza que se lo había robado Juan Álvarez.