Un hombre al que se impuso una orden de alejamiento de su expareja, a la que había acosado en solicitud de que reanudaran las relaciones, pidió al tribunal de la Audiencia Provincial de Murcia que se redujera la distancia de 300 a 100 metros, ya que así le era más fácil calcularla y no incurrir en un delito de quebrantamiento.

La sentencia indica que el Juzgado de lo Penal de Lorca, en la sentencia ahora confirmada, condenó al acusado, como autor de un delito de coacciones en el ámbito de la violencia contra la mujer, a ocho meses de prisión. Además, le impuso la prohibición de acercamiento a su expareja a menos de 300 metros durante dos años.

El Juzgado declaró probado que el denunciado envió continuamente, día y noche, mensajes a la mujer manifestándole su deseo de que volviera con él. El acoso llegó a tales extremos que aquella le indico que de persistir en su actitud, se vería obligada a denunciarlo, lo que así hizo.