La Audiencia Provincial ha confirmado la sentencia de un Juzgado de lo Penal que absolvió a dos hombres que fueron acusados de sendos delitos de homicidio por imprudencia por la explosión en el horno de una panadería de Caravaca que causó la muerte de uno de sus dueños y de su madre.

La sentencia desestima así el recurso que las acusaciones particulares presentaron. Los acusados fueron un empleado de la empresa que suministró mobiliario, utensilios y maquinaria para la industria de panadería y repostería y otro hombre que los querellantes consideraban que trabajaba en la sociedad que suministró el gasóleo utilizado en la industria.

La explosión se produjo el 14 de septiembre de 2002, en la panadería que habían adquirido tres hermanos a su anterior propietario. «La causa directa de la explosión -añadía- fue la acumulación de gasóleo en la cámara de combustión del horno, debido al estado de destate del deflector del quemador y al incorrecto montaje -con el orificio de drenaje hacia arriba- del inyector del mismo». Ese hecho provocó una deflagración que fue debida a que al estar cerrado el tiro de salida de humos, los gases se fueron acumulando en el interior del horno, sin encontrar su escape natural, «lo que determinó que el horno reventara». Como consecuencia de la onda expansiva falleció uno de los hermanos, que tenía 21 años, y su madre, mientras que la novia del primero resultó lesionada.

La sentencia absolvió al empleado de la empresa suministradora de material al considerar que, aunque se había ocupado de algunas reparaciones, no se ha acreditado que llevase a cabo la puesta en marcha de las instalaciones del establecimiento.