El 24 de enero es la festividad de Nuestra Señora de la Paz, una de las advocaciones más queridas en nuestra villa, ya que, desde el año 1850, se hacía en el paraje de Voz Negra una romería que participaba toda Alcantarilla. Desgraciadamente, en 1984, y ante el peligro de desplome de la techumbre, los propietarios de la ermita los hermanos Miguel, Amelia, Carmen, Soledad, Maruja y Josefina Gallego Tortosa, que serían los que heredarían la finca de la Voz Negra de sus padres y antes de sus abuelos, que fueron los que en el siglo XIX construyeron una preciosa torre huertana y contigua ermita, decidieron cerrarla. Sería en 1983, cuando el Ayuntamiento de Alcantarilla solicita al ministerio de Cultura la incoación de Monumento Histórico-Artístico para la ermita de la Paz, pero el ministerio lo incoa como Monumento Local. El Ayuntamiento devuelve el expediente a Madrid para que se declare Nacional y mientras tanto las transferencias pasan a la naciente Comunidad Autónoma de Murcia que recientemente ha declarado BIC (Bien de Interés Cultural) todo el lugar incluyendo la preciosa torre huertana y la ermita, ya que, dado el interés paisajístico y la belleza del lugar, el monumento es digno de dicha catalogación.

Pero de poco servirán todas las gestiones de la asociación Huermur, ayuntamiento de Alcantarilla, las innumerables gestiones de este cronista, etc. si la ermita se desploma, ya que es un autentico milagro que todavía la techumbre permanezca en su sitio.

Por tanto ruego, una vez más, a la Comunidad, Ayuntamiento, Huermur, y a cuantos organismos estén interesados en la conservación del Patrimonio de la Huerta de Murcia, exijan a los propietarios que, de acuerdo con la Ley del Patrimonio, los hermanos propietarios de la ermita, o en la actualidad sus herederos la restauren, aunque sea su bóveda o en su defecto lo haga la consejería de Cultura y el Ayuntamiento y los costes sean cargados a la familia Gallego Tortosa o su herederos, (caso similar al castillo de Mula) ya que el coste de la restauración todavía es pequeño para el valor sentimental e histórico-artístico que dicho paraje tiene para los alcantarilleros y murcianos.