«El niño Jesús entra en esta santa casa». Esa fue la frase más pronunciada ayer en el municipio de Abarán con motivo de su tradicional e inédita Fiesta del Día del Niño. El recién nacido volvió a visitar los alrededor de 4.000 hogares de la localidad en una celebración cuyos orígenes se pierden en el tiempo, pero que comenzó a ser documentada entre los siglos XVII y XVIII.

El arraigo es tal que todos en Abarán se agarran al niño; pequeños y mayores, creyentes y no creyentes. En esta ocasión fueron 22 imágenes las que recorrieron todo el pueblo. Salieron de las iglesias de San Juan Bautista y San Pablo. De la primera de ellas, los niños iniciaron su recorrido a las tres de la tarde, llegando a las primeras casas del itinerario poco después. De la segunda, lo hicieron poco después de las ocho de la tarde. La gran fiesta se alargó hasta la madrugada.

El primero en aparecer en escena fue el que popularmente se denomina en el pueblo como el 'animero'. Iba delante del cortejo con una campanilla que avisaba a los moradores de la inminente llegada de Jesús. No pasaba un minuto cuando llegó la imagen más esperada. «El Niño Jesús entre en esta santa casa», replicaba el portador del recién nacido, a lo que los habitantes de la vivienda respondían: «bienvenido sea». Acto seguido, el portador acercaba el niño para que fuese besado por todos y cada uno de los que en ese momento se encontraban en la vivienda visitada. Tras el ritual, la imagen prosiguió su camino hacia otra morada.

Mientras tanto, la fiesta se vivía en la calle a modo de cánticos de villancicos con la música de las charangas. Pero la principal celebración tenía lugar en las casas, que permanecían ayer abiertas para todo el que quiera entrar. No hay desconocidos este día. En el comedor, una gran mesa repleta de dulces, licores y roscón de reyes adornaban gastronómicamente la particular fiesta. Y los mejor recibidos fueron los que llegaron de fuera, una hospitalidad propia del abaranero, pero que en este día se multiplica.

En hospitales y barriadas

Pero el Niño no se quedó solamente en el pueblo. La mañana de ayer resultó frenética para los voluntarios de la Hermandad de Ánimas, la entidad encargada de organizar el acontecimiento. Desde primera hora, los portadores del Niño se trasladaron hasta los hospitales Morales Meseguer, Virgen de la Arrixaca y La Vega, en Murcia, y al Lorenzo Guirao de Cieza para visitar a los enfermos abaraneros ingresados en estos centros.

Además, desde las iglesias de las barriadas de San José Artesano, Hoya del Campo y Virgen del Oro salieron otros tres niños. Tampoco faltaron las visitas a la residencia de ancianos de Abarán.