En el décimo aniversario de la recuperación de la Fiesta de los Inocentes de Caravaca se volvió a cumplir con la tradición: que por un día se multará por las cosas más insólitas, como andar con los pies o llevar ropa que abrigue, todo por una buena causa, recaudar fondos para la compra de una silla de ruedas eléctrica para el caravaqueño Pedro José López.

3.646,19 euros consiguió recaudar el Alcalde de Inocentes, Pedro Antonio López, que cogió el bastón de mando de manos del regidor caravaqueño, José Moreno. López estuvo acompañado de sus alguaciles, monaguillos y una caterva de demonios encabezados por el mismísimo Lucifer, que este año fue encarnado por Jesús Martínez. Todos los personajes se encargaban de dar la murga a aquellos que se hacían los remolones cuando eran sancionados por la autoridad de inocentes.

Este año el inocente encargado de custodiar la recaudación fue Juan de Dios Morenilla.

Tras el alarde de inocentes y el pleito entre Alcalde y Demonio, el día concluyó con la restitución del Bastón de Mando y la quema del Herodes en la Plaza Nueva de Caravaca.