Tras el reciente fallecimiento de Francisco Rodríguez Díaz, conocido popularmente como ´Moreno Pichorro´, Cáritas de Molina de Segura, al igual que su familia, se ha quedado huérfana. Con 97 años era su más veterano voluntario, y hasta un mes antes de su óbito estaba en vanguardia, controlando los números del ropero.

Nacido el 11 de junio de 1918 en la Molina rural de aquella época, Francisco ha tenido una prolífica e intensa vida a lo largo de su casi centenaria existencia. Hijo de Francisco Rodríguez y Purificación Díaz, tuvo seis hermanos. Pura, Consuelo, Antonia, Dolores, Salvador y José Antonio. Todos fallecidos, menos Dolores.

Desde muy niño, compatibilizaba sus estudios en la única escuela pública que había en la localidad, con la ayuda a su padre en la carreta y posterior carro que este poseía.

Muy joven conocería a la única mujer de su vida, Manuela García García, conocida como ´Manuela de la agencia´, nacida el 4 de septiembre de 1922. Contrajeron matrimonio el 23 de octubre de 1947 en la iglesia de la Asunción. Tuvieron seis hijos: Trinidad (fallecida a los 14 meses), Francisco, Purificación, Trini (que nos dejó con 38 años en marzo de 1992), Alfonso y Manuel, que les han dado 11 nietos y otros tantos biznietos. Con un préstamo de su madre política, ´Moreno Pichorro´, ya casado, compró un carro con el que trajinó durante 16 años, hasta que en 1963 comenzó en la empresa metalúrgica Sánchez Rex, en la que se jubilaría, cumplidos los 62 años. Allí conducía la ´Fenwick´. Fue uno de los socios fundadores de la peña del Real Madrid, su gran pasión, en esta población, así como estante de la Virgen de La Dolorosa y de la patrona, la Virgen de la Consolación. En 1997 celebraron las bodas de oro en la parroquia de la Asunción y, 10 años después, una rondalla les amenizó en su propio domicilio de la calle Calvario.

Aparte del deporte en general, y muy especialmente el fútbol, le apasionaban los pájaros, llevar a su mujer e hijos a la playa de Mazarrón, y su otra gran pasión, colaborar en Cáritas en pro de los más necesitados. En su filosofía personal era honesto, trabajador, servicial con todo el mundo, dado a los demás, cariñoso y dulce. Todo el mundo lo quería.

El 5 de septiembre de 2014, fue otro duro golpe en su vida. Tras 9 años de novios y 67 de casados, fallecería con 92 años Manuela, su eterna compañera, una persona excepcional, en su día la primera mujer almacenista de la Región de Murcia, vendiendo en su casa abonos, insecticidas, patatas y simientes, siendo homenajeada en por la Cámara de Comercio en el Hotel 7 Coronas de Murcia.

La iglesia de la Asunción se quedó pequeña. El párroco, Ramón Jara, alabó su figura en una solemne misa, rubricada por Pedro Sandoval al piano, así como componentes de la pastoral. Su hija política, Francia Díaz Illán, dirigió unas palabras glosando a ´Moreno Pichorro´ y ratificando el agradecimiento familiar. Sus restos reposan en el cementerio de Molina. Descanse en paz.