La planta de Derivados Químicos en Alcantarilla ha informado a todos sus trabajadores (unos 170) que «con fecha de 14 de diciembre quedarán interrumpidos los procesos de fabricación», según se anuncia en un comunicado hecho público ayer. «Esta medida se ha tomado de acuerdo con las instrucciones de las autoridades medioambientales para permitir a la Administración la verificación del cumplimiento de las condiciones y medidas reflejadas en la Autorización Ambiental Integrada», explicaban en el escrito.

El anuncio llega justo un mes después de que la consejería de Agricultura, Agua y Medio Ambiente dictara un decreto de cierre por el incumplimiento de la normativa medioambiental por parte de la empresa, una orden que fue recurrida por la empresa aunque sin conseguir, como se ha comprobado, su paralización.

Al respecto, Derivados Químicos «reitera su voluntad de colaborar de forma abierta y transparente con las autoridades municipales y autonómicas de forma que puedan verificar que la tecnología instalada en la planta es la más avanzada disponible en la actualidad y permite garantizar el cumplimiento de la normativa vigente y la Autorización Ambiental Integrada».

«La empresa quiere manifestar su firme compromiso por asegurar la calidad del aire que se genera en su proceso productivo, como se constata con el hecho de contar con el Certificado ISO 14001 que acredita mediante auditorías que todos los procesos se llevan a cabo con absoluto respeto al medioambiente. Derivados Químicos certifica que su proceso de transformación de materias primas para la industria del medicamento no genera ningún tipo de olor», añade.

Y concluye su escrito reiterando, una vez más, «su compromiso absoluto con la legislación ambiental que ha supuesto una inversión de más de 6 millones de euros en los últimos dos años para adaptar su proceso a las condiciones exigidas por la Administración».

Los empleados se concentraron en San Esteban

Un grupo de trabajadores de la empresa Derivados Químicos de Alcantarilla protagonizó ayer una nueva concentración, esta vez ante el Palacio de San Esteban, sede del Gobierno regional, para manifestar su preocupación por el futuro de sus puestos de trabajo. Los trabajadores fueron recibidos por el presidente regional, Pedro Antonio Sánchez, quien les pidió calma y les transmitió «tranquilidad» a la espera de que se resuelvan los trámites necesarios que permitirían que la fábrica siga abierta.