Noche muy fría en la Vega Alta y el Valle de Ricote. El termómetro roza los cero grados pero no es obstáculo para que una banda de ladrones planee una 'batida' por estos pueblos situados a orillas del Segura. Pero lo que para ellos iba a ser una noche de pequeños robos a la luz de la luna, pronto se convirtió en una auténtica odisea que bien podría ser digna de un guión cinematográfico.

Todo comenzó en Cieza, donde los cacos sustrajeron un vehículo. Desde allí se encaminaron hacia Abarán, presumiblemente, y según las fuentes consultadas por esta redacción, el lugar donde querían centrar su plan de acción. Pero la aventura se vio truncada por un accidente en la carretera RM-513 que une estos dos municipios.

Fue el comienzo de una noche de adversidades. El conductor perdió el control del turismo, saliéndose de la calzada cuando circulaba a la altura del cementerio de Abarán. Lejos de rendirse, los cacos no cesaron en su empeño de hacerse con la recaudación de unas cuantas máquinas tragaperras. Por ello iniciaron la marcha a pie hasta llegar al casco urbano abaranero.

Corrían ya las seis de la mañana y un vecino alertó del accidente al 1-1-2, pero cuando la Policía Local llegó al lugar ya no había rastro de los accidentados, lo que levantó en los uniformados las primeras sospechas. En todo este tiempo, los intrépidos ladrones ya habían llegado a su primer destino: la calle Colón de Abarán, donde se hicieron con otro coche pero otra vez con la mala suerte como aliada, ya que la dueña del vehículo los vio durante su huida.

Por lo visto, y ante tanto imprevisto, los ladrones decidieron cambiar de pueblo y se dirigieron a Blanca. Pero, otra vez, la adversidad sería su aliada. Y es que a nadie se le ocurre conducir un coche encapuchado. Y así vio al conductor y a sus acompañantes otro vecino, que no dudó en llamar a la Policía Local. Los agentes ya estaban pisándoles los talones después de los otros dos avisos anteriores, aunque aún así lograron escapar y esconderse en un recóndito paraje de Abarán, en Patráx. Allí desmontaron los asientos del coche y los abandonaron presumiblemente para hacer hueco y poder cargar con el material que tenían previsto robar.

Ya con las primeras luces del día, los amigos de lo ajeno regresaron de nuevo al núcleo urbano de Abarán y fijaron su objetivo en un bar de la calle Menéndez Pelayo, donde, tras forzar la puerta de entrada, asaltaron la máquina tragaperras y se hicieron con la recaudación. Después se encapricharon de la máquina del tabaco y, lejos de perder más tiempo en el local a riesgo de ser descubiertos, optaron por llevársela, sin más. Para ello habían quitado los sillones de atrás del vehículo. El botín de este robo se completó con un ordenador, un equipo de sonido y dos micrófonos.

El suceso fue descubierto hacia las ocho de la mañana del domingo cuando el propietario del bar se disponía a abrir al público, alertando inmediatamente de lo ocurrido a Policía Local y Guardia Civil.

No obstante, y pese a las sucesivas vicisitudes y los avisos a la Policía, los ladrones lograron huir de la zona y ahora están siendo buscados.