Las obras para hacer unos aseos en el cementerio de Alhama de Murcia han propiciado que, al excavar, saliesen a la luz restos de enterramientos antiguos, en concreto de niños que murieron sin bautizar y, por tanto, no descansaban en terreno consagrado.

El descubrimiento ocasionó un revuelo en el pueblo, ante la duda de qué destino podrían correr los restos óseos una vez desenterrados. De hecho, algunos vecinos se dirigieron a la Guardia Civil para comunicar sus sospechas de que parte de los huesos de los niños pudieran haber sido tirados junto a los escombros de las obras.

Agentes de la Benemérita se desplazaron al camposanto en varias ocasiones. Fuentes de este Cuerpo confirmaron que, aunque sí se ha seguido el suceso, no se ha abierto investigación al respecto.

En concreto, los trabajos se llevaban a cabo en una zona habilitada como almacén, justo enfrente de los actuales aseos, que se habían quedado pequeños, de cara especialmente a Todos los Santos. En el citado almacén se guardaban desde motos a herramientas, pasando por gasoil, entre otros enseres.

No hay archivos que acrediten cuántas personas yacían en este terreno, ubicado fuera del recinto del camposanto propiamente dicho, aunque pegado a la tapia.

«Son huesos muy pequeños»

«Claro que cabe la posibilidad de que algún resto pequeño se haya perdido, no le voy a engañar», confesó a LA OPINIÓN el párroco de San Lázaro de Alhama, José Prior. Prior dejó claro que es «de los primeros interesados» en que los enterrados en esa zona tengan «dignidad». Es más, reposarán en terreno sagrado del cementerio antes de que comience el año 2016, aseguró el cura a esta redacción.

Acerca de la críticas en el pueblo sobre el destino de los restos, el sacerdote expresó: «¿Qué interés tengo yo en tirarlos a la basura?» «Pero un pequeño huesecillo que se haya perdido, pues no le digo que no», admitió el religioso.

Prior dijo que desconoce cuántas personas fueron enterradas en ese apartado, ya que «al ser niños no bautizados, no tenemos archivos». Sobre el estado de los huesos, «son muy pequeños: no hay cráneos, algunos son fetos, otros nacidos de cesárea... A esas edades, la tierra corrompe enseguida», resaltó al respecto.

«Nosotros no estamos acostumbrados a esto, porque no somos enterradores: somos albañiles», declaraba hace unas semanas a la televisión local de Alhama el albañil responsable de las obras, de nombre Juan.

«Las cosas hay que hacerlas, se hacen y ya está», aseveraba, a lo que añadía que «esto (en referencia a los huesos desenterrados), una vez que está en el suelo, se saca y se lleva a su sitio: al osario».

«Estaban en una sábana de hilo, hemos cogido los ´huesecicos´, los hemos puesto en el sudario y ya está», explicaba Juan, al tiempo que aseguraba que es la primera vez en su trayectoria laboral en la que se ve en una coyuntura parecida.

Además de los baños (que habían quedado «muy pequeños y obsoletos», a juicio de Prior) en el camposanto se están pavimentando algunas calles y haciendo algunos nichos y panteones.