Un día pasado por agua. Pocos vecinos se encontraban en el mediodía de ayer en el cementerio de Bullas, una franja horaria en la que tradicionalmente tenía una afluencia numerosa. Y es que la lluvia hizo acto de presencia en Bullas y alentó a aquellos bulleros que todavía no habían asistido al camposanto a buscar otro momento para resguardarse del agua.