La asociación de madres y padres de alumnos (Ampa) del instituto de Secundaria ´Francisco Ros Giner´ de Lorca ha denunciado deficiencias en el edificio, que acaba de ser reconstruido tras los terremotos de 2011 que obligaron al derribo del centro primitivo.

En un comunicado, el Ampa del centro hace pública su protesta por las «graves deficiencias y problemas de seguridad con la que se ha iniciado el curso» este mes en el nuevo centro, y asegura que la Consejería solo ha recepcionado parte del edificio, por lo que el instituto solo dispone de «luz de obra». Según los padres «han sido los propios profesores los que han tenido que realizar una instalación provisional para poder tener acceso a internet» y evitar así «el colapso administrativo» que se habría producido en el instituto.

Además denuncian que el centro solo dispone del equipamiento mobiliario que se pudo recuperar del instituto anterior tras los terremotos, «que fue escaso y con una antigüedad de más de 20 años», lo que obliga a los alumnos «a mover sillas de aula en aula para instalarse en algunas clases».

Faltan vestuarios, faltan almacenes...

  • La falta de equipamiento en el laboratorio, la biblioteca o el salón de actos son otras de sus quejas, junto al hecho de que en las aulas diseñadas para 25 alumnos haya hasta 34 o a que no existan condiciones para impartir la asignatura de educación Física por falta de vestuarios y almacenes para el material ya que las obras de construcción del material deportivo tampoco han empezado.
  • Sobre los espacios exteriores del centro denuncian los padres la existencia de una plataforma exterior que rodea el primer piso y que «solo tiene una baranda como medida de seguridad» de forma que «si algún alumno accediera a ella podría caer al vacío», un asunto que también ha advertido el claustro de profesores.

Asimismo ponen de manifiesto que dado que aún no han comenzado las obras de los pabellones exteriores parte del patio es inutilizable y aseguran que está lleno de vallas y de zonas restringidas.

La consejería de Educación ha invertido casi cuatro millones de euros en la reconstrucción de este instituto, en el que están matriculados unos 850 alumnos.