La recolección de la uva se hace de manera que no resulten mezcladas entre sí las distintas variedades de la fruta. De este modo, se recoge en capazos de racimos que posteriormente se envían al remolque de un tractor. La altura de la uva en el transporte será la conveniente para que no se produzca la rotura de los granos, quedando terminantemente prohibido, por tanto, pisar la uva en los vehículos de transporte.

Así, las uvas cortadas deberán transportarse hasta la bodega que proceda como máximo al final del mismo día de su recolección. Cuando se trate de vendimia mecánica, las uvas deberán ser entregadas en bodega no más tarde de las seis horas siguientes al inicio de la vendimia. Una vez que los racimos llegan hasta la bodega, las uvas, de la variedad Monastrell, son transformadas en vino mediante un proceso de producción que está controlado por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vino Jumilla.

Cada botella de vino está identificada por unas contraetiquetas diseñadas por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre a fin de garantizar tanto la calidad como la procedencia del producto. j. garcía