La Guardia Civil y la Policía Nacional han desarticulado una organización criminal que introducía droga en la península desde Marruecos, en una operación conjunta que se ha saldado con once detenidos y con más de cuatro toneladas de resina de hachís intervenidas. Los detenidos, diez en Murcia y uno en Almería, están acusados de los presuntos delitos de pertenencia a organización criminal, contra la salud pública por tráfico de droga, robo con fuerza y tenencia ilícita de armas

En una primera fase fueron aprehendidos 4.040 kilos de resina de hachís y, posteriormente, en el registro domiciliario practicado en la sede del grupo, en la localidad de Águilas, han sido intervenidas tres armas de fuego, numerosa munición, cuatro vehículos, una embarcación, dos ordenadores, dos navegadores, 42 móviles, dos teléfonos satelitales y abundante documentación de la actividad delictiva.

La investigación se inició en el verano del pasado año cuando se identificó, en la carretera RM-11 que une las localidades murcianas de Lorca y Águilas, una furgoneta que pudiera estar relacionada con la sustracción de chatarra.

Su conductor, y único ocupante, se mostró nervioso y agitado, lo que levantó la sospecha de su posible relación con algún hecho delictivo. Los agentes inspeccionaron la carga y hallaron 127 fardos de resina de hachís, con un peso total de 4.040 kilos, que fueron aprehendidos.

Por lo anterior, se detuvo al conductor de esa furgoneta, un hombre de nacionalidad española, de 33 años de edad y vecino de Albacete, como presunto autor de un delito de tráfico de droga, incautándose el cargamento de hachís que transportaba y el vehículo utilizado para este fin. Este hallazgo fue relacionado con un grupo criminal, con sede en Murcia, al que se seguía la pista por su presunta relación con el transporte internacional de hachís desde África hasta Europa, en ruta Melilla-Almería-Murcia.

A la vista de la movilidad geográfica constatada, la Guardia Civil y la Policía Nacional establecieron un equipo conjunto de investigadores que fue desgranando el complejo aparato logístico de la red, cuyo líder, de 36 años y vecino de Águilas, era el encargado de establecer los contactos necesarios con los proveedores y los clientes, así como de distribuir las distintas tareas delictivas entre el resto de los miembros para que el envío se produjera satisfactoriamente.

En torno a este sospechoso se establecía un número importante de personas para garantizar que la cadena, desde el vendedor de hachís en Marruecos hasta el comprador en España, estuviera asegurada, para lo que no dudaban en protegerse con armas de fuego. Alguno de los sospechosos fueron identificados como violentos delincuentes sobre los que pesaban órdenes de detención para su ingreso en prisión como autores de delitos graves.

El registro de la vivienda del cabecilla en Águilas se saldó con la incautación de una escopeta, dos pistolas con el número de serie borrado, medio centenar de cartuchos, dos furgonetas, dos turismos, una embarcación de siete metros de eslora, dos ordenadores, dos navegadores, 42 teléfonos móviles, dos teléfonos satelitales, y abundante documentación. La operación se ha saldado con nueve detenidos, siete hombres y dos mujeres, una rumana y la otra marroquí.