El ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente publicará, en breve, una declaración de zona de actuación especial para la restauración forestal y medioambiental de las superficies más gravemente afectadas por el incendio ocurrido en el entorno del cañón de Almacenes, la sierra de Almorchón y la sierra de Almirez, en los términos municipales de Lorca, Cieza y Calasparra.

Para llevar a cabo dichas actuaciones, se prevé una inversión total de 250.000 euros. Con esta inversión, el Gobierno colabora en los trabajos destinados a atenuar los efectos del incendio, apoyando a la Comunidad Autónoma de Murcia en las actuaciones destinadas a la restauración de las zonas más gravemente afectadas.

Esta inversión se sumará a los más de 3,3 millones que la consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente invertirá en los tres planes elaborados para la regeneración de las sierras de Lorca, Calasparra y Cieza afectadas por los incendios de agosto. Los 3,3 millones de euros serán financiados con fondos propios y de la UE, de los que 1.102.248 euros se destinarán a la restauración del entorno del Cañón de Almadenes, 450.290 euros a la recuperación de la zona incendiada del Almorchón y 1.805.154 euros para la Sierra del Almirez, donde se incluye la financiación estatal anunciada ayer. El incendio, ocurrido el pasado mes de agosto, afectó a más de 2.000 hectáreas, gran parte de ellas incluidas en ZEPAS (Zonas de Especial Protección para las Aves) que tienen en común su gran biodiversidad.

Los técnicos de la Consejería están redactando el proyecto de regeneración, que va a permitir llevar a cabo las primeras actuaciones en las fincas particulares afectadas, que representan el 40 por ciento de la superficie quemada y cuyos titulares han puesto a disposición de la Administración regional sus terrenos para estos trabajos.

El proyecto contemplará la retirada de la madera quemada, la mejora de los caminos afectados y la construcción de diques y albarradas para evitar procesos erosivos y fenómenos torrenciales que puedan producirse por las lluvias de otoño. Estas tareas permiten controlar la pérdida de suelo y semillas, aumentar la infiltración de las aguas torrenciales de lluvia, aportar materia orgánica al suelo, reducir la escorrentía superficial y facilitar la regeneración natural.

El proyecto prevé, asimismo, la eliminación de aquellos árboles situados en los bordes del incendio que se han debilitado por los efectos de las altas temperaturas alcanzadas y que presentan una merma en el vigor vegetativo y, por tanto, pueden verse afectados por plagas de perforadores.