El XIII Desembalaje de Antigüedades cerró ayer en IFEPA, Torre Pacheco, con un incremento en las ventas. Según informó la organización, «se ha producido un incremento del 20% con respecto a las ventas de la pasada edición». Además, la satisfacción es generalizada entre los expositores, que destacaron «una muy buena afluencia de público», ya que, según las primeras estimaciones, han sido 25.000 personas las que visitaron la feria en los tres días que estuvo abierta..

Tres jornadas de intensa actividad expositiva y comercial en las que las empresas participantes, que superaron el centenar, ofrecieron propuestas de objetos curiosos e insólitos, con una significativa bajada de precios, haciendo un guiño de complicidad a la complicada situación actual.

Un certamen en el que pese a la tónica general se ha incrementado el número de empresas participantes. Por todo ello, este Desembalaje de Antigüedades sigue situado para IFEPA, que lo organiza junto con Llobregat Serveis Firals, «en los primeros puestos de ferias de este sector, y sigue apostando por incluir nuevas tendencias y novedades para el próximo año».

En el encuentro se han podido encontrar piezas con una edad mínima de 40 años y otras que superaban los 100, un catálogo que demuestra cómo se expresaban y pensaban nuestros antepasados. Ha habido una importante presencia de los estilos vintage y retro, que marcan en la actualidad las tendencias decorativas.

Todo un universo de posibilidades, indican desde la organización de la ferian, que ha atraído a coleccionistas, decoradores, aficionados y amantes de lo antiguo y toda persona que haya querido incluir alguno objeto decorativo, ya que las antigüedades «están más de moda que nunca».