La consecución del proyecto de regeneración medioambiental de la cuenca del río Segura a su paso por Cieza ha generado el primer desencuentro en el gobierno tripartito ciezano. Mientras que el PSOE, liderado por el alcalde, Pascual Lucas, se ha posicionado a favor del comienzo de las obras promovidas por la empresa pública Acuamed, sus socios, IU y Podemos, se han situado diametralmente en contra, llegando a plantear la posibilidad de emprender actuaciones judiciales contra los promotores de la actuación.

En una nota hecha pública, los socialistas ciezanos se posicionan a favor de la construcción del nuevo paseo ribereño desde el paraje de la Presa hasta el puente del Argaz y por ambos márgenes, aunque, según el PSOE, «con importantes modificaciones que sitúan al proyecto en una situación medioambiental mucho más sostenible de lo que lo era inicialmente». El PP de Cieza se ha felicitado por la actitud del PSOE, «a favor, -según dijeron los populares- del progreso y de escuchar a la mayoría de ciezanos».

No lo ve así Izquierda Unida ni Podemos, y tampoco los colectivos naturalistas Ecologistas en Acción y Río Ríe. Representantes de ambos grupos políticos y de las dos asociaciones participaron este jueves en una asamblea pública en la que mostraron su oposición al comienzo de las obras.

"Nos desmarcamos del proyecto"

  • Francisco Saorín, primer teniente de alcalde del nuevo gobierno local y concejal de Obras y Servicios, fue contundente: «Nos desmarcamos totalmente de este proyecto y así se lo hemos hecho llegar al gobierno de unidad. Estamos a favor de la construcción del paseo hasta el puente del Argaz, pero no más allá». El primer teniente del alcalde recordó que el acuerdo de gobierno tripartito «no incluye este tipo de actuaciones faraónicas con políticas de préstamos bancarios, y ni siquiera, en ninguno de los programas electorales de los tres partidos que conforman el Gobierno se incluye otra obra que no sea la conclusión del actual paseo».

José Antonio Herrera, miembro de Ecologistas en Acción, expuso que las obras que se plantean «no son una regeneración ambiental sino una degradación del río y su entorno. Además, el presupuesto destinado a reforestación se reduce en el proyecto modificado y apenas supone un siete por ciento del total».

No obstante, para Herrera, lo más importante de todo este tema es que se trata de una obra «que derrocha dinero público y que no cubre las expectativas que nos quieren vender. Es una estafa a todas luces», dijo.

Por su parte, Alfonso Díaz, de Río Ríe, denunció que el proyecto reduce a un tercio el número de árboles que se iban a plantar en la cuenca.