Fue como pasar por un tunel del tiempo: el municipio de Fortuna viajó dos mil años en la Historia y se llenó de soldados, ninfas y dioses del imponente Imperio Romano. Y es que ayer tuvo lugar el gran desfile de Sodales Íbero-Romanos, un espectáculo en el que los vecinos recuerdan la importancia que el pueblo tuvo hace más de dos siglos para las huestes de Roma.

En torno a mil festeros participaron en esta fiesta que se lleva realizando desde 1997 que no trata más que de rememorar el gusto que los romanos tenían en el pasado por las aguas termanles del municipio, que consideraban mágicas y dotadas de poderes milagrosos.

Así, tragafuegos, gladiadiores, dioses de la mitología romana, animales y espectaculares carrozas entretuvieron al numeroso público que quiso romper la barrera del espacio tiempo y disfrutar de la mística de la ciudad de Rómulo.

La fiesta, esperada cada año por los Fortuneros, culminó con un Gran castillo de fuegos artificiales que a las 12 de la noche cerró la jornada del sábado.

Los actos continúan hoy con el XV campeonato de caliche y la suelta de una vaquilla a