Un alto porcentaje de urbanizaciones carece de un plan de autoprotección de incendios forestales, pese a que la normativa europea y española obliga a ello, denuncia en una nota el Colegio Oficial de Ingenieros Forestales.

Cada año aumentan los incendios que afectan a urbanizaciones o poblaciones que están rodeadas de vegetación forestal o en terrenos forestales, en la la llamada interfase urbano-forestal.

Este tipo de fuegos es muy peligroso para los vecinos, a los que hay que evacuar en muchos casos, y para los profesionales de los servicios de extinción.«Un porcentaje altísimo de estas urbanizaciones en terrenos forestales carecen de planes de autoprotección, a pesar de que la normativa europea y española exige que dispongan de uno», señala la nota.

Cuando las llamas afectan a la interfase urbano-forestal, cambian las condiciones a las que se enfrentan los equipos de extinción. Entonces existe una nueva prioridad de emergencia: primero las personas, luego los bienes y, por último, el monte.

De esta manera, el operativo pasa a ser una defensa en lugar de un ataque al fuego y aumentan los riesgos: hay que tomar decisiones como evacuar o confinar, y el escenario de la extinción tiende a complicarse al intervenir muchas más variables. efe