El profesor Michael J. Walker presentó ayer los resultados de la XXXVI campaña de excavación de la Cueva Negra, ubicada en la pedanía caravaqueña de la Encarnación, y que, según destacó, «atrae cada año a más estudiantes e investigadores de todo el mundo». Razón por la cual se ha firmado un acuerdo de colaboración entre el ayuntamiento de Caravaca de la Cruz y la Asociación Murciana para el Estudio de la Paleoantropología y del Cuaternario, que preside el propio Walker, que ayudará a solucionar el problema de visados que ha surgido en la última excavación, ya que en palabras del antropólogo «tenemos estudiantes de países en conflicto que cada vez les cuenta más trabajo conseguir un visado para poder venir a Caravaca a realizar sus investigaciones».

La Cueva Negra, situada en el Sitio Histórico del Estrecho de La Encarnación, alberga los restos de fuego empleado y cuidado por el hombre primitivo más antiguos de Europa. Walker informó que los trabajos llevados a cabo durante este mes de julio se han centrado en «la investigación de la impresionante evidencia de empleo del fuego por el hombre».

En esta campaña se han recuperado nuevos restos paleolíticos, lascas y piezas retocadas, que reafirman las características del singular conjunto lítico ´achelense-levaloisomusteroide´, como un hacha de mano de talla bifacial sobre un canto de caliza.

También han sido recuperados huesos de animales que fueron la base de subsistencia de los cazadores y recolectores que habitaban la cueva de La Encarnación hace casi un millón de años, desde mamíferos grandes, como rinocerontes, hasta otros de menor tamaño, como macacos, ratas de agua, aves, tortugas, etcétera, que son indicios claros de la explotación de la biodiversidad pretérita por el hombre fósil.

Según ha destacado el profesor Walker, «algunos elementos recuperados ofrecen señales que demuestran el efecto de la combustión. A su vez, el hallazgo de diversas especies de animales ya extintas resaltan la gran antigüedad del yacimiento».