La masiva afluencia de visitantes al emblemático paraje de el Salto del Usero, en Bullas, sobre todo en verano por el atractivo de poder aliviar el calor en sus pozas de agua, está provocando efectos dañinos en el entorno y pone en riesgo su conservación y protección. Así lo ven desde el ayuntamiento de Bullas, cuyo concejal de Agricultura y Medio Ambiente, Juan Valera, anuncia que a partir del próximo mes podría restringirse el acceso a este paraje, catalogado como bien de interés geológico nacional, lugar de interés comunitario (LIC) y bien de interés cultural (BIC), para frenar el proceso de deterioro y asegurar que pueda seguir siendo disfrutado en el futuro.

En la actualidad, está prohibido el acceso rodado al lugar y, para verificar que se cumple la prohibición, se ha establecido durante los fines de semana del verano un control de accesos con vigilancia durante las horas de más afluencia de público.

Asimismo, voluntarios de Protección Civil desarrollan este verano una campaña mediante la que, un mínimo de tres voluntarios, están presentes de forma permanente durante más de 9 horas al día los fines de semana y días en los que se prevé gran afluencia de personas en el paraje del Salto del Usero de Bullas para promover y asegurar el cuidado del entorno.

Sin embargo, y pese a estos controles, el pasado domingo se contabilizaron más de 400 visitantes en la zona, «una cifra brutal» para este paraje tan singular y recogido, señala Valera, que, ante esta situación ha optado por pedir ayuda a la Comunidad Autónoma y a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) para que colaboren con sus agentes forestales y la Policía Fluvial en las labores de vigilancia y control en el Salto del Usero.

Desde la CHS ya han anunciado que en breve visitarán estos parajes agentes de la policía fluvial para ver ´in situ´ el estado del río y elaborar un informe al respecto.

Mientras llega la ayuda, el Ayuntamiento ha optado por limitar el número de visitantes a poco más de cien cada día a partir de agosto.