Ingenieros de minas de una empresa asturiana especializada llegaron ayer a Lorca para supervisar el estado de la pequeña colina de Calvario Viejo de la que este fin de semana se han desprendido una roca de grandes dimensiones sobre una vivienda, sin causar heridos. El alcalde, Francisco Jódar, explicó ayer a los periodistas, que los expertos, que ya trabajaron en la consolidación del macizo rocoso del castillo, fueron recogidos a primera hora de la mañana en el aeropuerto de Alicante por personal del ayuntamiento.

Una vez a Lorca han procedido a examinar la zona del desprendimiento para elaborar, a petición del consistorio, un diagnóstico del estado del montículo rocoso y una memoria valorada para su contención mediante un sistema de mallas metálicas.

Los 18 vecinos de las cuatro viviendas que fueron desalojadas en la madrugada del domingo en la calle Ponce de León regresaron el domingo a sus hogares por indicación municipal una vez que los técnicos del ayuntamiento constataron que no había «riesgo inminente» de nuevos desprendimientos.

La roca, que según los vecinos pesa unos 6.000 kilos, afectó a la parte trasera de la vivienda más próxima al macizo del que se desprendió. Vecinos barrio San Lázaro están atemorizados por la amenaza desprendimiento roca castillo. Y es que, hace dos años, en abril de 2013, los vecinos del barrio lorquino de San Lázaro más próximos al paraje de Murviedro también denunciaron la amenaza de desprendimiento sobre sus casas de una roca de grandes dimensiones de la colina sobre la que se levanta el castillo de la ciudad, después de días antes se desprendiera, por otra ladera, una roca de 7.600 kilogramos sin causar daños.

La roca que se desprendió entonces quedó atrapada por la malla de contención que ya envuelve la mayor parte de la superficie de la sierra de El Caño, que comenzó a ser instalada antes de los terremotos de 2011 y que consiguió evitar que los bloques pétreos que cayeron como consecuencia del seísmo sepultaran parte de los barrios altos.