La Guardia Civil ha identificado a dos menores que el pasado domingo, tras acceder a la salida de emergencia del túnel de la autovía del Reguerón a su paso por Alcantarilla, lanzaron piedras y otros objetos a los vehículos, dos de los cuales resultaron con daños materiales. Igualmente, arrancaron de su ubicación la manguera de extinción de incendios.

La investigación se inició cuando la Guardia Civil, en el marco de los servicios de vigilancia de la seguridad vial, con motivo de la Operación Especial de Tráfico Semana Santa 2015, fue alertada por el '1-1-2' sobre el lanzamiento de piedras a la calzada sobre vehículos, en el interior del túnel de la carretera MU-30 (A-7/A-30) existente a la altura del kilómetro 2,500 en las proximidades de Alcantarilla.

Efectivos de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil de la Región de Murcia se desplazaron al lugar, donde comprobaron que, tanto en la calzada sentido A-7 como sentido A-30, había esparcidas sobre el pavimento una gran cantidad de piedras, una caja de plástico, una mochila y la manguera de extinción de incendios del propio túnel, que fueron retirados por los guardias civiles para garantizar la seguridad vial.

Los presuntos autores habían accedido al túnel cortando, presuntamente, la valla metálica de seguridad exterior, realizando posteriormente un agujero en el cerramiento de obra rompiendo la tabiquería para acceder a la puerta de seguridad de la salida de emergencias, que sólo se abre desde el interior del túnel y así posibilitar la evacuación en caso necesario, y una vez dentro habían arrojado las piedras y otros objetos sobre la calzada y arrancado de su ubicación la manguera de extinción de incendios.

Como consecuencia de estos actos vandálicos, dos turismos que circulaban por la autovía sufrieron daños materiales de consideración, sin que afortunadamente hubiera que lamentar daños personales en sus ocupantes.

Gracias a la rápida actuación y a la colaboración de efectivos del Cuerpo Nacional de Policía de la Comisaría de Alcantarilla y de la Policía de Local de este mismo municipio se pudo identificar a los presuntos autores, dos menores, ambos inimputables, así como a sus respectivas madres.

Por estos hechos fueron instruidas las correspondientes diligencias, que fueron entregadas a la Fiscalía de Menores de la Audiencia Provincial de Murcia.

La creación de un grave riesgo para la circulación se encuentra tipificada como delito contra la seguridad vial en el artículo 385 del Código Penal y castigado con la pena de prisión de 6 meses a 2 años o las de multa de 12 a 24 meses y trabajos en beneficio de la comunidad de 10 a 40 días.

De conformidad con su normativa específica, la Ley reguladora de la Responsabilidad Penal de los menores, cuando éstos no han cumplido los 14 años son inimputables penalmente, asumiendo solidariamente sus padres, tutores, acogedores o guardadores la responsabilidad civil por los daños y perjuicios causados por aquellos.

La Guardia Civil de la Región de Murcia quiere llamar la atención de los ciudadanos para que avisen al teléfono '062' cuando se encuentren con situaciones de personas arrojando objetos desde puentes u otros puntos elevados próximos a la calzada o de cualquier otra conducta que entrañe similar de riesgo, aportando el mayor número de datos posibles que permitan su localización e identificación, dado el riesgo que para la circulación representa este tipo de comportamientos, en la mayoría de los casos realizados por menores de edad.

En este caso, la rápida intervención de la Guardia Civil ha evitado que se produzcan consecuencias no deseadas como las que tuvieron lugar el pasado 13 de enero de 2015, a la altura del kilómetro 100 de la autovía A-30, proximidades de Cieza, cuando dos menores ocasionaron cuantiosos daños materiales a dos vehículos que circulaban por la carretera al lanzarles piedras desde una zona elevada.

Igualmente, el 3 de julio de 2013, a la altura del kilómetro 12,400 de la carretera RM-12, en Los Belones-Cartagena, tres menores arrojaron sobre la calzada, desde un puente, una piedra de grandes dimensiones que atravesó la luna delantera de un turismo, ocasionando, desgraciadamente, la muerte de uno de sus ocupantes.