Calasparra ponía ayer el punto y final a los encierros de la vigésimo quinta Feria del Arroz en honor a su patrona, la Virgen de la Esperanza. Dos minutos y siete segundos invirtieron los novillos toros de la ganadería de Cebada Gago en recorrer los casi 900 metros, que separan la zona de corrales del centenario coso taurino de la Caverina.

Los novillos permanecieron agrupados durante todo el recorrido, lo que provocó muchas lucidas carreras en grupo delante de los astados. Los amantes de esta fiesta popular disfrutaron al máximo del último día de festejos. Solamente hubo que lamentar un herido, que era alcanzado a mitad de la calle Ordóñez, cuando terminada su carrera fue a acceder al vallado de seguridad.

El joven, natural de Elche de la Sierra, era trasladado hasta la enfermería por los voluntarios de Protección Civil y Cruz Roja, allí era atendido por el equipo del doctor Robles que confirmó que el varón había sufrido un pisotón en el pie izquierdo con posible fractura, por lo que se ordenó su traslado hasta el Hospital Comarcal del Noroeste para realizarle un informe radiológico y posterior cura.

Esta edición de las bodas de plata de la feria concluye con varios accidentados de carácter leve, pero sin ningún herido por asta de toro.

Las fiestas concluían cerca de la medianoche con el tradicional concierto de pasodobles ofrecido por la Banda de Música de Calasparra en la plaza de la Corredera.