El jefe de la Policía Local de Alcantarilla protagonizó el pasado martes un incidente de esos que no se olvidan en toda la vida. Se le escapó un disparo con su arma reglamentaria dentro de su propio despacho, que comparte con su secretaria, la cual se llevó un susto de muerte.

Los agentes de la Policía Local de Alcantarilla que estaban en el edificio de seguridad ciudadana se llevaron la mano a la pistola cuando un disparo retumbó en todas las dependencias policiales. El desconcierto se extendió rápidamente y durante unos minutos se vivió una alerta máxima hasta que se descubrió lo ocurrido.

Alfonso García Molina, jefe de la Policía Local de Alcantarilla, se encontraba en su despacho preparando su arma reglamentaria para unas prácticas de tiro que pensaba realizar al día siguiente. Le quitó el cargador y limpió la pistola dejándola sin balas, pero no se percató de que, contrariamente a lo que él creía, la pistola aún contenía una bala en la recámara. Esto provocó que se le escapara un disparo, poniendo en peligro su propia vida y la de su secretaria, que comparte despacho con el jefe de la Policía.

Afortunadamente, la bala impactó en el suelo y el rebote no causó daños, mientras que el casquillo salió disparado hacia atrás. El disparo sonó en todo el edificio y puso en alerta a todos los agentes que permanecían de servicio a las tres de la tarde.

El jefe de Policía trasladó lo acontecido de inmediato al concejal de Seguridad Ciudadana, Juan Pérez Salmerón.