La casa palacio de los Condes de San Julián, ubicada en pleno centro de la ciudad de Lorca, aspira a convertirse en un plazo de dos años en un hotel, restaurante y museo con capacidad para 26 habitaciones. El proyecto va a ser presentado en Madrid dentro de unos días, coincidiendo con la celebración de la Feria Internacional de Turismo (FITUR), según pudo conocer LA OPINIÓN.

Es un inmueble donde se combinan los estilos barroco y ecléctico, situado entre las calles Lope Gisbert y Presbítero Emilio García, frente al casino artístico-literario y muy cerca de la iglesia de San Mateo. El promotor del proyecto para reconvertir dicho palacio en un hotel-museo es la Asociación de Comerciantes Mercado de San Clemente de Lorca cuyo presidente es Casto Albarracín Giménez. El proyecto ha sido redactado por los arquitectos Luis Sergio Carrillo, Jerónimo Granados y Diego José Ruiz.

Las 26 habitaciones que se pretenden construir estarán distribuidas en distintas plantas. En el semisótano habrá cuatro habitaciones dobles con terraza y una habitación con salón y terraza. En la planta baja habrá seis habitaciones dobles y en la planta primera diez habitaciones dobles, otras dos habitaciones dobles con salón y una suite con dos habitaciones dobles, salón y terraza con la posibilidad de independizar ambas habitaciones. En el altillo se construirá otra habitación doble con salón. El proyecto se completa con un restaurante-comedor, bodega, cafetería con terraza, spa y un salón de descanso. La denominación será Hotel, restaurante y museo, palacio Condes de San Julián.

La intervención consiste, según los promotores, en adaptar el palacio para convertirlo en hotel. Destaca su cercanía a numerosos monumentos de la ciudad y sería considerado como un punto de interés turístico, con fácil acceso tanto rodado como peatonal, destacando asimismo su proximidad a los medios de transporte público como son la estación de ferrocarril o la de autobuses.

Mantendrá el mobiliario original

En el proyecto se propone mantener la estructura muraria del palacio, conservando los espacios de mayor interés histórico-artístico que serán utilizados como zonas comunes: vestíbulo, sala de visitas, biblioteca, capilla, comedor, despacho y salón de baile. Todas las estancias se mantendrán con el mobiliario original posibilitando la visita turística de grupos organizados.

La portada de acceso al edificio consiste en una puerta adintelada flanqueada por pilastras dóricas con fustes decorados. Sobre la columna descansa un potente arquitrabe decorado con triglifos y metopas clásicas sobre el que se sitúa el escudo familiar sostenido por dos leones. De la construcción original se conserva el escudo del Ave María y la portada de acceso a la fachada principal en estilo barroco. Las paredes de la fachada están encuadradas con impostas y cadenas segmentando los peldaños.