Hubo un tiempo en el que el ganado pastoreaba a sus anchas por las tierras de la Vega del Segura y en el que el negro asfalto de ahora era entonces un exuberante verdor solo alterado por intrincadas sendas consumadas por el propio rebaño a golpe pisoteo y años.

Eran las denominadas vías pecuarias de las que aún hoy se conservan muchas en la Vega Alta y el Valle de Ricote. La Asociación la Carrahíla y Ecologistas en Acción de Abarán se han propuesto sensibilizar a la población y a las autoridades sobre la necesidad de conservar aquellos senderos como fruto de un pasado no muy lejano y por que forman parte de nuestra historia.

Y por segundo año consecutivo, estas dos asociaciones organizaron este domingo la II Marcha Ganadera por las Vías Pecuarias de Abarán, que partió a las diez de la mañana desde la iglesia de la Virgen del Oro integrada por unos cien senderistas y alrededor de una veintena de ovejas.

La comitiva caminó por la Cañada Real de la Sierra del Oro, Colada de Cartagena y Corral de Lorenzo, Collado de la Vieja, Cordel de Charrara y Rambla de Benito. Tras un breve descanso en el abrevadero Cueva Salmerón, los participantes volvieron por el mismo trayecto hasta el punto de partida.

Las vías pecuarias tienen uno de sus mayores exponentes, dentro de la Región de Murcia, en el municipio de Abarán. Con dieciocho vías pecuarias y dos descansaderos, es la mayor densidad dentro de un término murciano, dentro del cual recorren 80 kilómetros, más 30.000 metros cuadrados de los dos descansaderos. Esto representa una importante superficie de suelo de Dominio Público, con todas las aplicaciones legales positivas que conlleva este concepto (inembargable, imprescriptible e inalienable), todo ello regulado en la legislación estatal.